A los partidos del Recreativo de Huelva hace ya no semanas, sino meses, que se les acabó el cupo de los tópicos, para entrar en el terreno de las urgencias más perentorias. Es tiempo de milagros, y en eso anda el equipo de José Dominguez que tras adjudicarse dos triunfos seguidos ante Leganés y Sabadell. se agarra a la sinrazón y el deseo para no pegar eso que llaman un segundazo, en este caso un segundazo en B, pero sin sobres de Bárcenas.
A las seis de la tarde es la cita común para todos los equipos de la división de plata este domingo, y a esa hora echará a rodar el balón el en Sadar, o el Reyno de Navarra, lo que cada uno prefiera, que no es más que el estadio de otro conjunto acostumbrado a vivir en categorías superiores y que ahora vive en la desesperación por méritos propios.
Pero, para los que no creen en los milagros, que no son más que estadística disfrazadas de inspiración y fortuna, están ahí los dos últimos encuentros disputados por el Decano del fútbol español (y orgullos de muchos onubenses aunque no de tantos como debiera), donde ha aflorado la garra, el deseo, la intensidad, algo de mejor fútbol, y sobe todo los goles, el catecismo de este deporte.
Para algo suponemos que debe servir el hecho de que Domínguez haya cerrado el entrenamiento de ayer a las miradas del público en general y de los medios, con la justificación que hay que mantener concentrados a los futbolistas (ensayo que repite hoy en un entreno a puerta cerradísima que esperemos no le salga como aquellos que impuso Sergi Barjuán), algo que se verá el domingo.
La sesión de este viernes, en todo caso, es la última en tierras onubenses del conjunto albiazul, porque el sábado por la mañana toca viaje a Pamplona y por la tarde, ejercitarse en las instalaciones de Tajonar.
Por cierto, para este encuentro el entrenador luso únicamente no podrá contar con Fernando Vega y Córcoles.
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