El cuerpo de una octava víctima mortal fue encontrado entre el amasijo de restos del tren que descarriló el pasado martes en las proximidades de la ciudad de Filadelfia, en el este de EEUU, informaron hoy las autoridades.
El alcalde de la ciudad, Michael Nutter, indicó en rueda de prensa que los equipos de emergencia creen haber contabilizado a todos los pasajeros que iban en el convoy, incluidos los empleados, cuando el tren descarriló y se estrelló mientras se dirigía a Nueva York.
"Todos los individuos que creemos que estaban en el tren han sido contabilizados", dijo Nutter, que aclaró que la octava víctima hallada hoy era la última persona que quedaba por localizas.
Según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que investiga el accidente, el tren iba a una velocidad superior a los 160 kilómetros por hora, el doble de la permitida en un tramo previo a una curva.
Varios medios de Estados Unidos identificaron al maquinista del tren como Brandon Bostian, de 32 años, que trabajaba en el ferrocarril desde 2009.
Según indicó su abogado, Robert Goggin, a la cadena de televisión ABC, Bostian "no tiene absolutamente ningún recuerdo del incidente ni de nada inusual".
"Recuerda que salió despedido y se puso a buscar su teléfono móvil para llamar al 911 (número de los servicios de emergencia)", agregó el letrado.
La NTSB estudia los datos registrados en la caja negra del tren en busca de explicaciones sobre el suceso, pero Bostian insiste en que no puede ser de ayuda.
Además de los ocho fallecidos, más de 200 personas resultaron heridas a causa del accidente del tren, en el que viajaban un total de 238 viajeros y cinco empleados.
Este accidente ferroviario es el más grave sucedido en Estados Unidos en lo que va de año y le sigue el ocurrido en la localidad de Valhalla, en el norte de Nueva York, el pasado 3 de febrero y en el que siete personas fallecieron y doce resultaron heridas.
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