Tras la jornada de entrenamientos en el Circuito, Jerez convirtió ayer de nuevo la Alameda Cristina en la versión vintage de las clásicas Carreras de La Merced a través de un Memorial que devolvió al público el rugido de las Ducatti, Norton y Bultaco de los años sesenta y setenta, también a algunos de sus pilotos, y su estética, en un calculado guiño al pasado, al origen de esta gran fiesta de las motos en que se convierte la ciudad cada mes de mayo desde 1987, y bajo el compromiso de “avanzar sin olvidar el pasado”, como comentaba la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, en pleno evento.
La cita de ayer sirvió además para fusionar pasado con presente y futuro. El pasado de las motos de competición clásica, el presente de una realidad en torno al Circuito y el mundo del motociclismo y el futuro de la cantera de jerezanos que pertenecen a la Escuela Local de Pilotos, que también realizaron una demostración de sus habilidades a bordo de sus pequeñas cilindradas. El pasado, no obstante, nos hizo visita por partida doble, ya que el acto de ayer concluyó con la visita de tres leyendas del motociclismo: el tres veces campeón del mundo, Loris Capirosi, el campeón español Carlos Cardús, y el mítico Wayne Gardner, que obtuvo la victoria en 500 cc en la primera edición del Mundial de Motos en el Circuito de Jerez en 1987. Como hiciera Ángel Nieto el año pasado, que fue el invitado de honor, llegaron a bordo de un descapotable, dieron una vuelta de honor por Cristina y subieron al escenario para rendir tributo al público, a Jerez e invitar a los aficionados a que asistan del 19 al 21 de junio en el Circuito al GP Legends, en el que participarán junto a otras figuras legendarias como Kevin Schwantz, Sarón o Fredie Spencer.
Para Capirosi, volver a Jerez y a su Circuito “es un sueño”. Cardús, por su parte, recordó que nunca había ganado en Jerez, algo que lamentaba amargamente porque “era donde más a gusto me sentía y porque es el mejor circuito del mundo”.
El australiano Wayne Gardner, el más ovacionado por los aficionados, se mostró “muy emocionado de participar en esta prueba, de correr con mis amigos y competir con ellos. Espero que sea la primera de muchas carreras, porque amo Jerez”.
La renovación del convenio
No obstante, cuando la alcaldesa apuntaba ayer que había que “avanzar sin olvidar el pasado”, tenía muy claro también dónde quería poner el acento. En “avanzar”. Entre otras cosas porque el convenio con Dorna llega a su fin este año y ahora hay que sentarse de nuevo a negociar con la organizadora del Mundial y con la Junta de Andalucía para que Jerez vuelva a albergar la prueba el año que viene como si no hubiese pasado nada.
El objetivo es que la nueva prórroga del acuerdo se extienda al menos durante cuatro años más. Para ello, Jerez cuenta ahora a su favor con un argumento de peso: el control municipal sobre Cirjesa. “Desde que asumimos la gestión directa del Circuito está todo normalizado y es más fácil llegar a un acuerdo, y teniendo en cuenta que el dinero que hay que aportar sale de la venta directa de las entradas”. García Pelayo lo tiene claro: “No lo podemos perder. Ni los pilotos quieren”, en alusión directa a que los dos grandes premios preferidos por los pilotos son éste que se celebra en Jerez y el que tiene lugar en Holanda. De momento, esta noche se rinde homenaje a Dorna, a quien se dedica una estrella del Paseo de la Fama.
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