Diez grandes coordenadas. Diez compromisos marcan la hoja de ruta de la candidata socialista de cara a las municipales. Para María Gámez, mayo se vislumbra en el horizonte como el momento del cambio para la ciudad de Málaga frente a las políticas del Partido Popular.
Entre los grandes ejes de sus promesas, junto a la tan repetida municipalización de la gestión de Limasa, se incluyen la apuesta por lo social, y la igualdad para combatir las altas tasas de pobreza y exclusión, junto con un nuevo rumbo en el modelo productivo malagueño.
En el área fiscal, una reformulación de la polémica tarifa del agua y una contribución urbana más justa conforman su ideario. Un programa basado en la descentralización de la gestión municipal, otorgando poder y presupuesto a los responsables de distritos para mejorar los barrios. Y una vuelta a la participación, que debe marcar, dice Gámez, cada paso municipal.
La socialista aboga por ofrecer nuevos zonas verdes para Málaga, más oxígeno, pero también con un giro a la política, algo que asegura que demanda la ciudadanía. Y para ello, no duda en anunciar reducción de cargos de confianza, de sueldos, eliminación de privilegios políticos y una limitación a la hora de estar en el sillón. Ella, no estará más de ocho años, promete.
Y lo hace aspirando a gobernar con fuerza suficiente y en solitario, descartando pactos con otras formaciones políticas.
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