En el Lunes Santo Jesús claudica tres veces antes de subir a la Cruz. La eterna imagen de las Tres Caídas seguida de su dolorosa madre de la Amargura forma parte de la historia de la Semana Mayor arcense. Desde hace 75 años la fervorosa estampa se repite mostrando una inequívoca evolución que ha convertido a la hermandad caidista en un referente de seriedad y penitencia. Este año el recorrido de la procesión experimentó un cambio, ya que durante el regresó se tomó por las calles Romero Gago, Gomeles y retorno a San Francisco. Nuestro Padre lució su túnica morada, mientras que la Virgen lució una saya de color verde.
Las bandas acompañantes fueron la de cornetas y tambores de la propia hermandad y la de Palomares junto a la Virgen. Se trató, además, de la primera salida procesional de la nueva junta de Gobierno que preside David Arias, la cual tomó posesión el pasado verano. En el apartado de estrenos, habría que destacar el banderín de la juventud cofrade que esta misma ha donado a su hermandad. En el recorrido se produjeron dos momentos de cierto sobresalto, ya que al Cristo se le cayó una potencia junto al salón cultural San Miguel y un nazareno, al parecer diabético, se desmayó, pero afortunadamente ya está fuera de peligro; hecho que tuvo lugar junto a la plaza de Las Aguas. Numerosos vecinos acompañaron la procesión, tanto en la salida como en la recogida, en la cual la cantante algareña Laura Gallego interpretó una hermosa saeta a la Amargura.
En la presidencia del cortejo se pudo ver un año más a Fray José Antonio Naranjo, el franciscano que recuerda el título de franciscana que atesora la cofradía, así como al párroco de San Francisco, don Manuel Rodríguez, y al párroco jedulense, Salvador Marín. El sacerdote arcense Antonio Luis Sánchez confesó antes a los nazarenos que quisieron hacerlo en los momentos previos a la salida. El rezo del rosario en la calle Alta marcaría un momento de inflexión en el recorrido.
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