El Loco de la salina

¿Esto es normal?

Como decía uno con razón: “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.

A veces algún loco se aburre totalmente y comienza a dar vueltas y vueltas por el manicomio sin rumbo fijo. Es el caso de mi vecino, al que le llaman el “Citas”, debido a que no para de citar frases célebres, vengan o no vengan a cuento. Pues bien, el “Citas” se dejó caer ayer tarde por mi habitación. Venía con cara de abatimiento. No hizo falta preguntarle nada, porque él mismo largó por su boca lo que estaba deseando largar.

Me van a volver loco – dijo - ¿Tú crees que es normal que hayamos pasado un invierno criminal, que hayamos sufrido lluvias, frío, hambre y sobre todo soledad, y que no haya aparecido por aquí nadie a interesarse por nosotros? ¿Es normal que hayamos cogido depresiones de caballo y que no haya venido nadie a ayudarnos? Y ahora de buenas a primeras, como si les interesáramos una cosa mala, vienen en tromba a pedirnos el voto, a darnos flores, a regalarnos bolígrafos, a atiborrarnos de papeles, a abrazarnos sin ton ni son, a dedicarnos risas y sonrisas…

Como decía uno con razón: “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”. A mí me van a volver loco, pero un día voy a coger una piedra gorda y me los voy a quitar de encima de golpe. Pero, muérete, es que además estos que ahora piden el voto, o sus amigos más cercanos, son los mismos que otras veces han venido por aquí a saltar la tapia, a robar, a engañar y a llevarse todo lo que han podido.

Se necesita echarle morro a la vida y tener la cara de bronce. Y, aunque como decía alguien: “Las elecciones son a veces la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel”, yo creo que los locos poquito podemos hacer. En definitiva gracias a esta gente estamos aquí encerrados. Y este personal no va a cambiar tan fácilmente, porque de la política nadie se quiere ir, entre otras cosas, porque los que quieren entrar lo tienen imposible. Ya lo decía uno: “La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”.

Pero lo que más me irrita es que me quieran tomar por imbécil. ¿Tú crees – continuó – que te pueden vender una moto averiada treinta y tantas veces? Pues eso es lo que están haciendo. Y lo más grave es que nos la venden, porque saben que se la seguimos comprando una y otra vez, esté averiada o no. Aparte de que la moto de tanto ir y venir está ya hecha polvo. Termina uno haciendo lo que decía el otro: “Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione”. Y es que los políticos se pasan las campañas electorales prometiendo la gloria y tirando barro a los adversarios. Un ruso lo decía: “Los políticos siempre hacen lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río”. Otro que afinaba decía: “Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”

Por otra parte, ya sabemos que, como aseguraba un inteligente: “En todos los hombres está presente la corrupción: solo es una cuestión de cantidades”, pero es que algunos se han pasado con las cantidades. Y teniendo en cuenta aquella famosa frase “La política es la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”, pues apaga y vámonos. Así nos va como nos va. Porque al fin y al cabo, ya sabes aquello de “El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros”.

Mi vecino paró de hablar. Se dio la vuelta y se fue por donde entró. Y yo me quedé con la cabeza ardiendo y con unas ganas enormes de comprender lo que está pasando dentro y fuera de estas cuatro paredes.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN