El Festival Zemos98 ha anunciado que la edición 17, prevista entre el 15 y el 18 de abril, será la última que celebrará esta iniciativa, una decisión "firme" motivada por el "ninguneo" de las instituciones y la "precarización" de las prácticas culturales.
En un comunicado, la organización asegura que esta decisión "lleva sobrevolando" al equipo Zemos98 desde hace tiempo, pero "las condiciones especialmente difíciles de este año han hecho que se tome en firme", porque asegura que "quieren generar un debate en torno a la precariedad que se vive y en concreto al ámbito vinculado más estrechamente al trabajo de Zemos98, la producción cultural". "Queremos conversar sobre la falta de compromiso de las instituciones en lo que a políticas culturales se refiere", asegura.
Así, el festival asegura que entre las razones que le han llevado a tomar esta decisión están el "descontento" que "no se produce de un año a otro, es una larga acumulación de desplantes, desatención, desgana y pérdidas económicas". "Quienes nos conocen --aseguran en una carta-- saben que somos tendentes a la autocrítica, por eso asumimos que parte del relato de esta despedida es culpa nuestra. Sin embargo, quienes nos conocen también pueden dar fe de la innumerable cantidad de veces que hemos intentando repensar nuestro modelo festival y como en todas ellas la respuesta por parte de las instituciones ha sido cada vez más decepcionante".
Además, "venimos reclamando a las administraciones que nos gobiernan, en la gestión de las políticas públicas y de las culturales en particular, que atiendan a los estándares de transparencia, que jueguen limpio y que generen documentos accesibles para conocer qué se hace con nuestros impuestos", señala la organización, que asegura que "no se trata de dinero, porque a veces una discusión sobre los contenidos y el enlace con otras instituciones es más algo más valioso que la aportación económica".
Con su despedida, Zemos98 se pregunta a quién le preocupa realmente la sostenibilidad de los proyectos en cultura, si existen interlocutores que gestionan presupuestos de cultura y están cualificados para tomar decisiones, si hay gestores preocupados por la "barbaridad que supone confirmar un presupuesto con menos de dos meses de antelación y que te argumenta que la falta de noticias son buenas noticias".
Del mismo modo, se preguntan quién se está preocupando de cuidar a los proyectos culturales que se están comprometiendo con la situación social que vive España y Europa, y si será posible seguir defendiendo la cultura como herramienta para la transformación social y no como mero entretenimiento. "¿Qué ocurrirá si despoblamos nuestras ciudades y nuestros pueblos de otras propuestas culturales que no sean única y exclusivamente las hegemónicas?", afirma.
Por último, Zemos98 señala que con el fin del festival "se desmorona una parte de ellos", y que aunque el festival se despida esto no significa que Zemos98 como colectivo también acabe". "Continuará desarrollando proyectos durante todo el año como lo ha hecho hasta ahora", concluye.
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