Motivados para ser padres por primera vez o para aumentar la familia. Motivación es la principal aptitud que una persona que se plantee la adopción de un niño tiene que tener y demostrar ante la Administración competente, la delegación territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía. La siguiente es la paciencia.
Según datos facilitados por su responsable, Ángeles Jiménez, en los dos últimos años, los menores nacionales adoptados por familias jienenses han sido más que los menores extranjeros.
El año pasado fueron 16 los menores andaluces adoptados por familias de Jaén , frente a los 23 del año 2013, los diez de 2012 y los cinco niños, de media, que se han adoptado desde 2008.
En cuanto a los menores de otros países adoptados por familias jienenses, en el año 2014 fueron 11 (7 niños procedentes de China, 2 de Rusia, 1 de Filipinas y 1 de Vietnam), frente a los 13 de los años 2013 y 2012.
Actualmente se mantienen las solicitudes de adopciones de niños nacionales, pero los menores susceptibles de adopción presentan condiciones físicas, emocionales o de edad que no son las solicitadas por las familias. En el caso de la adopción internacional, las solicitudes han sufrido un “ligero descenso” por el endurecimiento de las normas de países como China y Rusia, desde los que mayor número de niños han sido adoptados en los últimos años. China está promoviendo su propia adopción nacional y dejan menores con necesidades especiales o mayores de siete años para ser adoptados. En la pasada reunión de directores generales de Infancia de la
Consejería se acordó suspender la admisión de nuevas solicitudes de adopción de China, salvo que sea para la vía de 'Pasaje Verde' (menores con necesidades especiales). Se encuentra suspendida de forma indefinida la tramitación de expedientes de Rusia por entidad pública, sólo se admiten a través de entidades colaboradoras de adopción internacional (ECAI), éstas son asociaciones sin ánimo de lucro acreditadas por la Junta de Andalucía y por el Estado de origen del menor, para intervenir con funciones de mediación en el proceso de adopción internacional. Por todo ello, las solicitudes en internacional están descendiendo y las familias de Jaén se plantean la adopción nacional.
Desde 2009 y hasta el año pasado, han sido adoptados por familias jienenses 37 menores chinos, 34 rusos, 10 de Etiopía y 9 de Colombia. Son los países más representativos en la adopción internacional.
En total, de las 41 familias adoptantes que cerraron expediente (nacional e internacional) en el año 2009 se ha pasado a 27 en 2014.
A la motivación y la paciencia se le une el requisito de la capacidad económica de la pareja que opte por un niño de otro país. El mínimo de ingresos exigidos depende del país de origen del menor. China exige unos ingresos mínimos anuales de 10.000 dólares por miembro familiar, incluyendo al posible adoptado y un valor neto de los bienes de la familia de 80.000 dólares. La inversión que una pareja hace en una adopción internacional no baja de los 12.000 euros y dependerá si es por protocolo público o por ECAIs, llegando incluso a los 24.000 euros. La pareja realizará, como mínimo, un viaje al país de origen del menor y tendrá que adelantar parte del dinero. La estancia puede llegar a los 25 días (Nepal).
El presidente de la Asociación Cultural de Familias Adoptantes 'Integra' de Jaén, José Jiménez, asegura que familias que habían iniciado el proceso hace algunos años han tenido que desistir porque su situación económica ha cambiado “de manera radical desde que comenzaron aquel proceso ilusionante”.
En Jaén hay 61 familias con expediente abierto y pendiente de la asignación de un niño extranjero en adopción, y 25 parejas jienenses están esperando una asignación de menores de Andalucía. En el caso de la adopción internacional, estas familias llevan más de tres años esperando.
Puede pasar más de un lustro desde que una familia que tiene su declaración de idoneidad tiene consigo al menor. La espera es mayor para familias que quieren adoptar un niño de menor edad, sobretodo de entre cero y dos años. “Si una familia acepta un menor con alguna necesidad especial como que tengan más de siete años, grupo de hermanos, antecedentes hereditarios, enfermedad o discapacidad, el proceso es más rápido”, asegura Ángeles Jiménez.
Entre los requisitos generales para poder adoptar, la delegada territorial destaca que es imprescindible la “motivación de la pareja” y que ésta sea capaz de asumir que lo que prima en la adopción es el derecho del menor a tener familia. “Ésa es la esencia de la adopción”, valora.
Se tiene en cuenta la capacidad afectiva de la pareja, que no padezcan enfermedades o discapacidad, su estabilidad económica y familiar, madurez emocional y que acepte la historia del menor. Éste último aspecto es importante, ya que priman las necesidades del menor adoptado y si éste desea conocer sus orígenes o su familia biológica, la familia adoptante tiene que demostrar que está dispuesta a apoyar la búsqueda de sus orígenes. Hay que comunicarle al menor su condición de adoptado desde el principio.
“No hay un perfil determinado de familia adoptante”, confirma Ángeles Jiménez. El adoptante tiene que ser mayor de 25 años y tener, al menos, 14 años más que el adoptado, según la legislación española. A una familia que inicia el proceso de adopción le corresponde un bebé si uno de los dos miembros de la pareja tiene 42 años o menos. Una vez cumplidos los 43 años le correspondería un menor de entre 1 y 4 años. “Cuanto antes se inicie el proceso de adopción mejor”, reconoce. La mayoría de las familias desean adoptar un bebé, pero son menos porque hay pocas renuncias de madres.
Entre las familias jienenses, lo más normal es la adopción de un único menor por una pareja. En caso de las solicitudes monoparentales, en la adopción nacional son menos frecuentes y en la mayoría de países no las admiten.
En los centros de protección de menores de la red provincial (tres propios y diez concertados con entidades colaboradoras) hay en disposición de acogimiento alrededor de 40 niños de entre 7 y 13 años. El proceso de adopción sería viable para 15 menores, aproximadamente. Los menores de 13 años de edad o más son los que mayor dificultad presentan para ser adoptados.
Proceso
A las familias se les atienden las demandas de información sobre adopción en cualquier momento en la delegación territorial. Se las derivan a las sesiones informativas y luego a las formativas. Las sesiones informativas se realizan una vez al mes. La última sesión fue el 26 de febrero. Asistieron tres parejas.
Dos de ellas presentarán su solicitud para la adopción nacional y otra familia abrirá simultáneamente nacional e internacional. Una vez presentadas las solicitudes (sobre el 80 % de los asistentes la presentan) se les pide la documentación y se les cita para las cuatro sesiones formativas en adopción internacional o cinco en nacional (20 horas).
La pareja tiene que superar una declaración de idoneidad para el acogimiento preadoptivo y la promoción a la adopción. Si la supera es inscrita en el registro de parejas adoptantes. La Consejería, a través de la Dirección General de Mayores, Infancia y Familias, centraliza el registro de familias adoptantes, ofreciendo una u otra familia en función del perfil del niño adoptivo que solicitan desde el Servicio de Protección de Menores de la delegación de Jaén.
La familia ha de pasar por el acoplamiento y formación del acogimiento familiar preadoptivo, someterse al seguimiento y apoyo técnico y contar con la propuesta de adopción judicial y auto de adopción.
Cada equipo de valoración cuenta con un psicólogo, un trabajador social y un abogado para el asesoramiento jurídico. En Jaén hay un equipo de valoración.
El estudio de idoneidad lo realizan un psicólogo y un trabajador social. Normalmente son dos entrevistas y una visita al domicilio de la pareja adoptante. El proceso finaliza en unos seis meses, aproximadamente. Una vez que la pareja tiene su resolución de idoneidad, si a los tres años no tiene consigo al menor, la tiene que actualizar.
El proceso de idoneidad con las familias de adopción internacional empieza en Jaén, pero el proceso continúa con las ECAIs. Hay que preparar el expediente y enviarlo al país, que éste asigne el menor; la estancia en el país y el proceso judicial o administrativo de adopción, la llegada del menor a Andalucía, la realización de los seguimientos de adopción del menor y su familia, exigidos por el estado de origen del menor. De ahí que los plazos sean tan largos.
A veces el menor llega con una ‘mochila’ cargada de situaciones poco halagüeñas. El servicio de postadopción de la Junta pone a disposición de las familias a profesionales que los ayudan ante situaciones por las que se puedan ver desbordados. En Jaén, las familias adoptantes tienen un nexo de unión con la Asociación ‘Integra’, que programa jornadas para la convivencia.
“Parvat y Carmen se están criando como mellizos”
Ana Martínez y Sergio Reyes son un matrimonio jienense que inició su proceso de adopción en 2005. Ella tenía 28 años y él 36 años. En el año 2010 cerraron su expediente con la adopción de Parvat, un niño de Nepal. Cuando iniciaron el proceso no tenían a Carmen, su hija biológica, que ahora tiene 6 años, los mismos que su hermano Parvat. “Aunque no teníamos problemas para tener hijos biológicos, decidimos adoptar primero. Cuando viajamos a Nepal a por Parvat nuestra hija Carmen tenía dos años”.
Estuvieron en Nepal 25 días y desde el primero pudieron estar con el pequeño, de dos años de edad, a partir del tercer día se lo dieron para que estuvieran con él. Sólo tuvieron que realizar ese viaje.Del proceso de adopción aseguran que lo más difícil fueron los seis años de espera.En cuanto a la situación económica de la pareja, aseguran que miran rentas y bienes, cuando “lo más importante es garantizar la estabilidad emocional del niño mediante los cuidados y el cariño que necesita”.
En su entorno cercano, una familia ha tenido que renunciar por motivos económicos, por su situación laboral, que no era la más idónea para aumentar la familia.Este matrimonio ha invertido alrededor de los 24.000 euros en todo el proceso.
“Lo vas pagando a lo largo del proceso y como es tan largo te da tiempo a organizarte y ahorrar”, reconocen. El matrimonio confirma que ser padres es la “mejor vivencia que una persona puede experimentar, por lo que cualquier forma para llegar a ser padres es muy gratificante”.
Esta familia está criando a sus dos hijos “como si fueran mellizos” y valoran muy positivamente la integración del menor y la respuesta de su hermana. “La educación es la misma para los dos niños.
En casa se habla de la adopción como algo natural y ellos parece que por ahora no tienen prejuicios”. Siempre han planteado que “hay dos formas de ser padres, una biológica y otra con la adopción y ellos lo perciben como algo normal y desde pequeños ven en la adopción una posibilidad de ser padres en el futuro”.Parvat sabe desde que tiene uso de razón que es adoptado.
En cuanto a la percepción de la sociedad sobre la adopción en general, Ana Martínez reconoce: “A veces lo ven como una obra de caridad con el niño, cuando hay que hacer ver que la suerte la tenemos los padres por tenerlo”.
Cuando el niño llega a su nuevo hogar
La adopción es un proceso largo, lleno de emociones, sentimientos y satisfacciones, pero también es un proceso complejo que implica algunos retos y tareas específicas que pueden dar lugar a crisis en el seno familiar. La llegada del menor adoptado al hogar requiere de una preparación de la pareja, que debe afrontar que el niño llega “con una mochila llena de experiencias pocos halagüeñas”.
La psicóloga y mediadora familiar Patricia Jiménez García-Escribano afirma que los padres tienen que conocer información sobre el país de origen del hijo, aprender un vocabulario básico, preparar la vivienda para el comienzo de la vida en familia y utilizar como parte de la decoración del dormitorio objeto del país de origen.
La forma de familia se tiene que normalizar. “Es imprescindible ofrecerle información sobre su origen y ésta puede ser muy dolorosa. Habrá que ir adecuándola a la edad del niño. No hay que agobiarlo y hablar continuamente de ello”, dice.Además, hay que mantener un recuerdo positivo de su país.
Crearse ideas preconcebidas sobre la adaptación del niño es un error porque es una etapa de transición. “Crear un vínculo lleva tiempo y puede originar situaciones de estrés que también padece el menor que llega a casa”, apunta. El apego seguro entre el niño y los padres se da al responder a las necesidades emocionales del pequeño. Hay que establecer ‘la piel con piel’ (besos y caricias).
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