Lo peor para el Betis estaba todavía por llegar y así ha sucedido; pues la condena popular desde todos los ámbitos sociales a causa de los cánticos contra la exnovia de Rubén Castro proferidos y denunciados en el último partido disputado por el conjunto verdiblanco en el Villamarín, tal y como ya anunciaba este martes el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, va a derivar en un duro castigo por parte de los distintos organismos deportivos.
Así las cosas, en una reunión de urgencia en la mañana de ayer en la misma sede del CSD, la Comisión Antiviolencia ha propuesto el cierre parcial del estadio heliopolitano.
Una clausura que afectaría como era de esperar a la zona de Gol Sur, desde donde provienen los cánticos ofensivos y en la que se sitúa el grupo ultra Supporters Sur.
En su escrito, además de repudiar enérgicamente dichos comportamientos, solicita al Betis que aporte cuantos elementos de prueba pueda recabar para que permitan la identificación de los autores de tales hechos, amén de que el mismo club realice el visionado de encuentros anteriores a los señalados a fin de localizar si estos mismos cánticos se han producido con anterioridad.
La reacción por parte de la directiva bética no se hizo esperar y ya entrada la noche, el presidente verdiblanco, Juan Carlos Ollero, flanqueado por su consejo de administración en todo momentos, manifestó a través de un comunicado en la sala de prensa del estadio, que la decisión adoptada por Antiviolencia, no es compartida por la institución bética: "Nos sentimos muy indignados con la propuesta de sanción comunicada por el Comisión Antiviolencia del cierre de una grada del Benito Villamarín, pues la consideramos oportunista además de discriminatoria”, aseveró.
Como nota destacada, siendo cuestionado por las palabras de Karlos Arguiñano, el mandatario heliopolitano lo tiene claro: "En mi opinión, atreviéndome porque no soy letrado, entiendo que existe materia de demanda”, dijo.
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