La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas para Libia (UNSMIL, según sus siglas en inglés) ha pospuesto indefinidamente la reanudación el diálogo nacional libio, que estaba prevista para mañana en Marruecos.
El aplazamiento fue confirmado por Saleh al Majzum, diputado en el Congreso Nacional General (CNG), gobierno rebelde instalado en Trípoli, en una rueda de prensa celebrada anoche en la capital libia.
El anuncio se produce horas después de que el Parlamento reconocido internacionalmente, en Tobruk, anunciara su intención de no acudir a Marruecos porque, en su opinión, no se dan las condiciones suficientes para llegar a un acuerdo de reconciliación, como pretende la ONU.
La UNSMIL considera que la reunificación es cada vez más urgente, debido al empuje de los movimientos yihadistas afines al Estado Islámico (EI), que en los últimos días han duplicado sus ataques contra los dos gobiernos y avanzado hacia el centro norte del país.
Los yihadistas se están aprovechando de la guerra civil que desangra el país, donde dos Gobiernos rivales, el rebelde en Trípoli y el internacionalmente reconocido en Tobruk, luchan por controlar los grandes recursos energéticos.
Al lado del EI se alinean grupos islamistas moderados, leales al antiguo régimen, líderes tribales y señores de la guerra que aprovechan el vacío de poder para traficar con armas, petróleo, drogas y personas.
La reunión en Marruecos había sido coordinada con el enviado especial de la ONU para el conflicto en Libia, Bernardino León, en encuentros unilaterales con cada una de las partes y pretendía ser la continuación de los contactos iniciados en enero en Ginebra.
Las conversaciones se trasladaron en febrero al oasis libio de Ghadamés por petición expresa de los rebeldes establecidos en Trípoli.
En este marco, León, visitó el martes Argelia con el fin de que ese país -que se opone firmemente a la intervención militar extranjera en Libia- pueda ayudar con su influencia en la región.
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