El Loco de la salina

Podemos podría

Si son capaces de llevar a la práctica estos simples consejos, Podemos podría acabar con mucho mangante y vividor. O no.

He podido leer que hoy, 8 de febrero, es el día de la precognición. Tranquilos, que no pasa nada, aunque la palabreja sea rara. Vamos a explicarlo. Parece que los que han nacido tal día como hoy tienen la capacidad de predecir el futuro, de saber lo que va a pasar cualquier día de estos. ¡Toma ya! ¿Cómo se le queda el cuerpo? Yo soy muy escéptico con estos temas y los profetas de medio pelo que circulan por ahí nunca han dado en el clavo; hasta ahora por lo menos nadie ha tenido lo que hay que tener para predecir por ejemplo los números del Euromillón a una o dos semanas vista. Lo que darían muchos políticos por haber nacido este día para ver lo que se les viene encima.

En todo caso, quizás sea mejor no saber el futuro, porque los disgustos y los malos ratos no hay quien te los quite. Así es la vida por mucho que queramos maquillarla. Se cuenta que en una película rodada en Cádiz se recompensaba a los extras con un dinerito curioso simplemente por hacer bulto. Pero a uno concretamente llegaron a ofrecerle el doble. El fulano pensó que era por su careto y por lo apuesto de su figura. Le explicaron que solamente tenía que llegar hasta la esquina y doblarla. El asunto era pan comido; de modo que inició el paso con garbo y poderío, se fue decidido hacia la esquina y su pensamiento lo tenía ya en la pasta que iba a cobrar. Efectivamente, cobró.

En el momento en que iba a doblarla salió un pedazo de tío y le arreó dos bofetadas sonoras de esas que te dejan el oído zumbando durante un par de meses. Inmediatamente se fue a protestar al director de la película con los cachetes ardiendo y le preguntó cabreado por qué no le había adelantado lo que le estaba esperando al doblar la esquina. Le dijeron que, si se lo llegan a decir, no hubiera llegado hasta la esquina con esa alegría y ese desparpajo, sino que hubiera ido con las dos manitas abiertas protegiendo la cara, con lo que se hubiera perdido el factor sorpresa. Y que no iba a cobrar el doble por su cara bonita. Por eso muchas veces es mejor no saber lo que nos espera, para que los bofetones de la existencia nos cojan relajados. Así duelen menos. L

as cosas deben tomarse tal como van viniendo. Yo no creo en las adivinanzas del futuro, aunque sí creo en la habilidad que tienen algunos para hacernos ver blanco lo que es negro rabioso. Pues bien, si el futuro no lo puede adelantar nadie, el pasado sin embargo puede ser analizado más que nada para no caer en los mismos errores. Eso mismo le puede pasar a Podemos y sus castas. No vayan a cambiar una casta por otra y al final lo comido por lo servido. Hay cosas que Podemos podría evitar con un poquito de sentido común. Si llegan al poder, cosa que ya se ve venir en los comentarios de la calle, deben darse cuenta de que la gente quiere un cambio ya mismo.

Al menos esto es lo que se comenta en el manicomio todos los días. Aunque los llamados grandes partidos tienen ahora mismo el culito apretado pensando en Podemos, la cosa es que Podemos podría, si observara el pasado y tuviera en cuenta varios detalles: 1.- Que hay mucho personal especialista en escalar y  pendiente siempre de ponerse al lado del sol que más calienta. 2.- Que mucho sinvergüenza patrulla las calles y asiste a las reuniones exclusivamente para alcanzar un beneficio para sí mismo y para su querida familia. 3.- Que por mucho puño cerrado que se levante y por mucho carnet que se lleve en la boca, se puede ser retrógrado y cavernícola. 4.- Que los chorizos están hechos para el tema de la cocina, pero no para tener que soportarlos, y que robar está muy feo. 5.- Que no lleven aspiraciones eternas de poder, sino que limiten la permanencia en el mismo a dos legislaturas por ejemplo.

Si son capaces de llevar a la práctica estos simples consejos, Podemos podría acabar con mucho mangante y vividor. O no.

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