Las más de 10.000 inscripciones de los precipicios de Damaidi, en la región noroccidental china de Ningxia, que podrían demostrar que el chino es más antiguo que las escrituras mesopotámicas –por ahora, oficialmente, las primeras en aparecer en la historia– están en un estado lamentable, según denunciaron los arqueólogos.
Zhou Xinghua, arqueólogo y ex responsable del principal museo de la región, destacó que muchas de las inscripciones han desaparecido porque la zona donde se encuentran, en las montañas que discurren por Ningxia y la vecina Mongolia Interior, ha sido dinamitada en muchas partes para construir carreteras y otras infraestructuras.
Los grabados, que según Zhou son “una enciclopedia de la sociedad” de esa época, han sufrido también el vandalismo y el pillaje de habitantes de la zona, que en ocasiones han cortado las inscripciones y se las han llevado.
Zhou ha llevado a cabo en los últimos años cinco visitas a los precipicios de Damaidi, y en cada visita la situación ha empeorado ostensiblemente: “Cientos de grabados han resultado dañados”, asegura.
Los fuertes vientos en la zona, situada en un área desértica del país asiático, también han perjudicado a estas inscripciones, según Zhou, quien pidió a las autoridades que aumenten las medidas de protección de ese patrimonio cultural.
Las inscripciones de Damaidi, en las montañas de Beishan, incluyen pictogramas que tienen al menos entre 7.000 y 8.000 años de antigüedad, unos mil más que las escrituras cuneiformes mesopotámicas, que los historiadores consideran de momento las primeras aparecidas en la civilización humana.
Aunque los arqueólogos todavía estudian los grabados de Ningxia para confirmar si se trata de caracteres chinos o simples dibujos, muchos de ellos aseguran ya que van a “reescribir la historia” de la escritura china, que hasta ahora se cifraba en unos 4.000 años.
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