Tan lapidaria como realista es la frase de Antonio Lozano, uno de los históricos del movimiento vecinal de la ciudad, presidente de Arco del Consuelo y de la federación Más Voluntades por Jaén: “El equipo de gobierno que arregle el tráfico, el casco antiguo y los autobuses, permanecerá en el gobierno los años que quiera”. Y añade: “Porque responderá a la demanda ciudadana”. No anda desencaminado Lozano en cuanto a las demandas ciudadanas, si unimos la limpieza, de la que también es consciente que falta casi todo por hacer. Tal vez sea el momento de que los programas electorales y luego la gestión municipal se centre en los problemas eternos de esta ciudad, como son el tráfico, el transporte público, el casco antiguo y la limpieza. Cuatro ejes que harían que esta capital diera un salto cualitativo difícil de creer, pero que consiste solo en apostar por el futuro y en hacer los deberes pendientes. Termina un mandato en el que las inversiones, tal y como las entendíamos antes, eran difíciles de llevar a cabo. Es más, aquellas que se han puesto en marcha, como es el caso de la remodelación de La Alameda y de Almendros Aguilar costarán sangre y sudor. Y precisamente como eran difíciles hemos vuelto a perder una oportunidad de arreglar lo cotidiano, porque no está bien, y todo el mundo lo sabe.
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