En el debate entre representantes políticos organizado por 11500elpuerto.es en el que participé por Ganemos El Puerto el pasado viernes, el público me preguntó si no me importaba el mantenimiento urbano dado que no lo había citado en mi intervención.
Lo cierto es que opté por centrarme en otros aspectos de nuestro programa que consideraba más relevantes. Con este artículo quiero invitar a mis conciudadanos a reflexionar sobre esto. Comparto con la mayor parte de la gente que el mantenimiento urbano y la limpieza de la ciudad son algo importante.
La preocupación por estas cuestiones en principio es positiva, pues refleja que consideramos nuestra ciudad como nuestra casa, y queremos que esté cuidada, equipada y tenga una buena apariencia. Además, tenemos el deber de exigir que gestionen bien nuestros impuestos y que la ciudad ofrezca las prestaciones que estamos pagando.
El problema, desde mi punto de vista, estriba en que en muchas ocasiones las demandas ciudadanas y las políticas municipales se centran casi exclusivamente en esta cuestión. Por un lado, el partido en el poder utiliza los fondos públicos para hacer campaña.
En época de elecciones aprueban sin mesura proyectos en obras, mantenimiento e infraestructuras. La intervención del Sr. Candón en dicho debate fue clara en este sentido: no tenía mucho que decir, porque los resultados de su gestión estaban a la vista de todos en las obras y remodelaciones que acababa de iniciar.
Por otro lado, los ciudadanos y partidos de la oposición se afanaban en enfatizar las carencias de El Puerto en relación a estas cuestiones: alumbrado, estado de las calles y fachadas, limpieza urbana, etc. Desde mi punto de vista, es un gran error que el debate político quede monopolizado por esta cuestión.
Si, como ocurrió el viernes pasado, hay 4 minutos para hablar del programa es moralmente obligatorio (aunque quizá no muy popular) centrarse en otras carencias de la ciudad que se ocultan detrás de las fachadas de las casas: el desempleo, la falta de oportunidades, la emigración de los jóvenes, el desmantelamiento del sistema público de protección social (sanidad, educación, pensiones, prestaciones por desempleo), la pérdida de derechos sociales y laborales...
Este es el verdadero drama de El Puerto y sus gentes. Y es posible apuntar a los responsables y sus cómplices, algunos de los cuales estaban sentados junto a mí en aquella mesa. Claro que en el plano local no podemos solucionar de una vez por todas esos problemas.
Pero podemos elegir entre un gobierno municipal que sea parte de los causantes de esos problemas, y uno que no. Podemos elegir entre políticas públicas municipales que aspiren a mitigar el drama humano, o políticas de privatización y desmantelamiento del Estado social como las que está implementando el PP-PA en nuestra ciudad.
El comportamiento electoral a nivel municipal es diferente del que se produce en los niveles autonómico, estatal o europeo. En el municipio, los votantes tendemos a dejar a un lado la ideología política y los programas, y otorgamos mayor importancia a otras variables como las redes de amistad, familia y conocimiento, los favores personales clientelares, las características personales del candidato o, en especial, las políticas en materia de urbanismo y mantenimiento.
Esto explica cómo un alcalde como Hernán Díaz ha podido gobernar durante tantos años nuestra ciudad durante el periodo del pelotazo inmobiliario. Pero hoy la mayor parte de la ciudadanía siente que son necesarios cambios profundos para recuperar la dignidad que nos están arrebatando.
Y desde Ganemos El Puerto consideramos esos cambios sólo serán posible desde una combinación de la movilización en la calle y la implementación de políticas municipales que favorezcan la democracia directa, el control sobre los representantes y el ejercicio de los derechos sociales.
Por ello apostamos por participar en estas elecciones y echar a los que nos han llevado a la ruina. Nos jugamos mucho en las próximas elecciones. Una ciudad es mucho más que el asfaltado y la limpieza. Tengámoslo en cuenta.
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