Andalucía

Griñán quiere representar el cambio basado en el diálogo y la concertación

El candidato socialista a la Presidencia de la Junta, José Antonio Griñán, ofreció ayer diálogo político y social para afrontar su principal reto, la lucha contra la crisis, aunque dejó claras entre sus prioridades el cambio de modelo económico y una profunda reforma de la Administración

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  • Todos los diputados atienden al discurso de Griñán. -
  • Marca como principal reto la lucha contra la crisis y apuesta por reformar la Administración
Con sentido de la responsabilidad subía a la tribuna ayer José Antonio Griñán como candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta para representar “un cambio” acorde a los nuevos retos, basado en un programa electoral y en parte de un discurso de investidura (el de Manuel Chaves) incluido en su proyecto, y con el reto principal de la crisis económica y la lucha contra el paro. Para ello ofreció diálogo a los partidos políticos y concertación a los agentes sociales y económicos, para configurar un modelo económico que potencie la actividad empresarial y la creación de empleo y con una Administración “al servicio de los hombres y mujeres de la comunidad” que profundice en el Estado de Bienestar.


Con una tribuna de invitados completamente llena y con 108 diputados atentamente escuchando cuáles iban a ser los ejes de su acción de Gobierno, Griñán sentaba primero las bases de su concepto de Junta de Andalucía: al servicio de los ciudadanos, gobierno para todos, sin caer en el sectarismo o la soberbia, “con responsabilidad y humildad”, y aceptando la crítica, “siempre cooperadora venga de la ciudadanía o proceda de los medios de comunicación”.


El diálogo y la no imposición, para Griñán, son elementos claves para salir de la crisis, buscando acuerdos de progreso, aceptando que los 9.500 millones destinados hasta ahora por la Junta “pueden no ser insuficientes”, por lo que reiteró la propuesta que dejó en la mesa Manuel Chaves de 40 medidas y una inversión adicional de 5.000 millones de euros a los grupos parlamentarios. “Creo sinceramente que, si no un pacto general, sí es posible acuerdos concretos si estamos a la altura de las circunstancias”, les ofrecía a los dirigentes de la oposición, sin olvidar que, en paralelo, impulsará la firma del séptimo acuerdo de concertación social con sindicatos y empresarios.


Les adelantaba a sus señorías que utilizará el déficit como instrumento anticíclico para inversiones en obra civil y residencial protegida pero con austeridad, sobre todo a partir del próximo año, aunque advertía que el nuevo modelo de financiación (sólo aceptará el que garantice la igualdad de todos los españoles) ofrecerá ingresos complementarios y mayor autonomía financiera, que permitirá crear un marco fiscal propio (anunció la elaboración de una Ley Tributaria específica) para tributar los ingresos (renta, sucesiones o donaciones).


Estabilidad y sostenibilidad


Pero quiso dejar claro que todos estos recursos se deben destinar a construir un marco económico estable y sostenible, que mejore el capital humano, la innovación empresarial, aumente la inversión y cree empleo. Para ello, tendrá siete líneas sectoriales de carácter transversal: seguridad jurídica, administración más ágil, libre competencia, innovación, sostenibilidad, igualdad de oportunidades -base de un modelo competitivo y eficiente- y diálogo social.


Un objetivo básico en esas líneas sectoriales será la claridad normativa y la tutela judicial efectiva, reconociendo como una tarea prioritaria la mejora de los medios materiales y personales a disposición de la Justicia. A esto se unirá la reforma de la Administración, revisando la normativa actual, haciéndola “más ágil, menos corporativa y más eficiente”, dando su sitio a los funcionarios de carrera y con transparencia.


Esta nueva Junta de Andalucía se complementará con dos leyes fundamentales para la nueva descentralización administrativa, la de Régimen Local y la de participación de los municipios en los tributos de la Junta, ofreciendo también diálogo a corporaciones locales y diputaciones, además de una descentralización política que haga posible que la toma de decisiones en el ámbito provincial y local, con espacios de resolución que eviten que todo pase por los órganos centrales autonómicos.


Apostó por profundizar en la liberalización de los servicios; por la innovación empresarial y la trasferencia de conocimientos (mantendrá la estructura de Innovación, Ciencia y Empresa, aunque sus palabras dejaron en el aire la ubicación de las universidades en la estructura de las consejerías); por sectores con gran proyección como el agroalimentario, el turístico y el cultural; por impulsar actividades económicas relacionadas con el medioambiente y la sostenibilidad; y por la cohesión y vertebración territorial a través del mapa de infraestructuras que ya está diseñado y cuyos principales proyectos reiteró en su discurso. No se olvidó tampoco de los autónomos y de la economía social, anunciando la tramitación parlamentaria de la Ley del Trabajo Autónomo y de cooperativas.


Sobre la sostenibilidad de los recursos, respaldó la tramitación de la Ley de Aguas “cuyos principios básicos han nacido del consenso” y por un nuevo modelo urbanístico ordenado, sostenible y que favorezcan la cohesión social y territorial. Ofreció la colaboración con los ayuntamientos para normalizar el planeamiento urbanístico y facilitar el acceso a la vivienda, y quiso dejar claro que Andalucía “cuenta con capital físico suficiente para convertir al sector que ha sido parte del problema, la construcción, en parte de la solución” y empezar a salir cuanto antes de la crisis.


Educación, eje vertebrador


En cuanto a la educación, un eje vertebrador básico de sus políticas sociales y económicas, apostó por un sistema modero y adaptado a las exigencias profesionales y laborales, accesible y universal, que no debe verse afectado por la crisis económica, mientras que abogó por consolidar a partir del sistema de financiación autonómica un modelo de sostenimiento de la educación, la sanidad y los servicios sociales en los que participen las administraciones autonómica y local, prestando servicios y, a la vez, haciéndolos generadores de riqueza, comprometiéndose a universalizar la educación de 0 a 3 años de forma paulatina y garantizar la atención a los dependientes.


Sólo al hablar de la sanidad y de su apuesta por la investigación científica y la innovación sanitaria, accesible para todos, ejemplificado en los hermanos Javier y Andrés (uno nacido libre de enfermedad y para curar al otro) consiguió arrancar el aplauso de la bancada socialista. Hasta ese momento, José Antonio Griñán no había conseguido de sus compañeros de filas ninguna muestra de aprobación, a excepción del aplauso cerrado cuando abandonó la tribuna.


De hecho, aunque la mañana había comenzado con una reunión del candidato con el grupo parlamentario socialista, los apoyos sólo vinieron fuera del salón de plenos, momento en el que Griñán recibía las felicitaciones de los socialistas, así como de los invitados, entre los que cabía destacar la ex ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, así como una amplia representación de agentes económicos y sociales de la comunidad, que ven con ojos de esperanza la entrada del aún consejero de Economía y Hacienda en la Presidencia de la Junta.


Aunque no quiso desvelar detalles sobre la futura composición de su Gobierno -será el jueves por la tarde, reiteró-, los cambios en el Ejecutivo estuvieron presentes en la primera sesión de este debate -que continúa hoy con la intervención de la oposición- y muy significativa fue la llegada al salón de Plenos junto al actual consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, uno de los miembros del Gobierno que parecen, según todas las encuestas, que se vaya a quedar en el camino de este “cambio” que ofrece Griñán.

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