Un equipo de arqueólogos ha comenzado los trabajos para la delimitación y exhumación para la recuperación de los restos mortales de al menos seis represaliados de la Guerra Civil y posguerra mediante la intervención en cinco fosas ubicadas en el cementerio de San José y Santa Adela de Almería, en las que se espera encontrar los cuerpos de entre 30 y 40 personas.
Los familiares de las víctimas que han solicitado la recuperación de sus allegados han acudido este martes al camposanto donde el equipo técnico, el portavoz de la Oficina de Vicepresidencia, Rafael Salazar, y el director general de la Memoria Democrática de la Junta andaluza, Luis Naranjo, han mostrado los lugares marcados sobre el suelo en los que se practicarán las catas durante las próximas cuatro semanas.
Naranjo ha agradecido a las familias y a las asociaciones memorialistas el trabajo realizado hasta llegar a este "momento histórico", de manera que ha destacado la "paciencia, compromiso, tenacidad y amor" con el que han afrontado este proceso y han "seguido luchando" hasta alcanzar sus objetivos.
El director ha explicado que una vez que se pueda acceder a los cuerpos y se comprueben los signos de muerte violenta, se denunciará cada uno de los casos ante los juzgados, para que estos determinen si inician una investigación al respecto o archivan la causa a fin de que, al menos, "haya una intervención judicial", si bien desde el Gobierno andaluz se consideran que estos delitos no habrían prescrito.
Paralelamente, una vez extraídos los restos mortales, se les practicarán las pruebas antropométricas y genéticas para determinar las identidades de cada uno de ellos con el fin de que, una vez finalizada la intervención judicial, se puedan hacer entrega de los cadáveres a los familiares, que les darán sepultura. En este sentido, tanto Naranjo como el director arqueológico de la obra, Juan Luis Castro, han coincidido que la fase judicial es la que más afecta a los tiempos de actuación hasta la recuperación de los cuerpos.
En cualquier caso, Castro ha apuntado que, en principio, "se dan las circunstancias para que la mayoría de las fosas se puedan abordar de manera inmediata", de modo que será la ejecución de los trabajos la que determine la duración de este proceso. No obstante, está previsto el uso de técnicas específicas en caso de que algún nicho pueda verse afectado por la apertura de las fosas, ubicadas en la parte central del cementerio, en la entrada y en el lateral derecho.
Con esto, al proceso de recuperación de los cuerpos, que se desarrollará entre tres y cuatro semanas --una media de dos esqueletos diarios a unos ocho individuos por fosa--, se suma la fase del estudio antropológico, en el que se determinan los perfiles y se practican las pruebas de ADN para identificar a las víctimas. En principio, este fase podría ejecutarse con la colaboración del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería.
"POR FIN SE VA A HACER JUSTICIA"
Los familiares de las víctimas que han solicitado la recuperación de los restos de sus parientes se han mostrado emocionados con el inicio de los trabajos. "Por fin se va a hacer justicia", ha manifestado Manuela Márquez, quien ha estado acompañada de su hermana Ana y quien desde hace más de siete años trata de recuperar los restos mortales de su abuelo Martín Márquez, alcalde de Cuevas del Almanzora durante la II República que fue fusilado en 1939.
Asimismo se ha expresado la nieta de Juan López Úbeda, quien tiene la esperanza de hallar los restos de su abuelo quien fue represaliado una vez terminada la guerra, por lo que permaneció preso en la cárcel de El Ingenio, Lugar de la Memoria. "Ya era hora de que llegar a este acto de humanidad", ha dicho antes de recordar su deseo de poder "encontrar a nuestros muertos y terminar con esto".
También ha acudido, entre otros familiares, el hijo de Torcuato Ortega, quien fue alcalde republicano de Gádor. Visiblemente emocionado, ha relatado que lleva 12 años tratando de recuperar los restos de su padre, que fue fusilado frente a la tapia del camposanto almeriense después de que la Guardia Civil se lo llevara arrestado cuando él tenía 9 años y lo cogía de la mano.
"Por fin creo que vamos a ver la luz, espero que lo encontremos", ha relatado Ortega, quien pese a todo a admitido que alberga pocas esperanzas de que aparezcan los restos de su progenitor ante las obras que sufrió el cementerio en 1972 que conllevaron movimientos de tierras y en las que "echaron los huesos que se encontraron con los escombros".
Naranjo ha vuelto a solicitar la "máxima colaboración municipal" en este proceso, ya que los ayuntamientos "son clave" para afrontar los procesos de exhumación a la hora de facilitar el trabajo del equipo técnico.
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