Marta Fernández ha presentado esta semana en Sevilla su primera novela 'Te regalaré el mundo' (Espasa), un libro en el que la periodista y escritora juega con pasado y presente, realidad y ficción, ciencia y fantasía, para contar la historia de un hombre que tendrá que inventarse un mundo para conjurar su dolor. Y de otro que ofrecerá su dolor a cambio de inventar un mundo nuevo.
Así, Fernández ha convertido dos historias separadas por casi tres siglos en un juego de engranajes en el que cada pieza --los personajes, los escenarios, los temas-- cumplen una función precisa. La autora explica, en un entrevista a Europa Press, que la esencia de la novela "es la fusión y el reflejo de esas dos historias, cómo se van engarzando y completando. Era un reto pasar de una a otra y hacerlo con un estilo distinto, acorde a cada narración. Pero ése era uno de los placeres de escribir esta novela".
Una novela de la que, según la autora, le gustaría que el lector sacase que "en el fondo seguimos siendo iguales que en el siglo XVIII". "Creemos que somos el ombligo del mundo, el último peldaño de la evolución, pero nuestros dolores y nuestras miserias son los mismos que los de aquellos hombres de hace trescientos años", porque "ellos también se sentían en la cima de la evolución, de la tecnología, con sus engranajes, sus relojes, sus avances científicos, etcétera, pero les acechaban los mismos fantasmas, esos que dejan heridas en el corazón y que probablemente la inteligencia no puede curar".
Asimismo, la presentadora de Noticias Cuatro señala que el salto a la publicación "fue, como todas las cosas en esta vida, un poco por casualidad". En en este sentido, explica que ya estaba trabajando en este proyecto, documentándose, cuando la llamó Miryam Galaz, editora de Espasa, quien junto a su compañera Belén Bermejo "escucharon atentamente la historia que tenía que contarles. La de un periodista, Leo Brock, que escribe una novela sobre un relojero del siglo XVIII y se ve atrapado y envenenado por las palabras. La historia de dos hombres que sufren una pérdida irreparable que intentan reparar con la inteligencia".
Además, la historia surgió de una anécdota entre real y apócrifa de la vida de Descartes, la muerte de su única hija, Francine, y "cómo la mente más brillante de su época intenta reconstruir la felicidad por medio de sus neuronas", añade Fernández.
Sobre si prefiere la exposición de la televisión y la intimidad de la escritura, afirma que "son dos facetas realmente muy distintas pero que llegan a ser complementarias", al tiempo que asegura que "le gusta mucho su trabajo en televisión", no sólo el que "se ve en pantalla, también el otro, el que pasa por escribir lo que luego digo en el informativo, en el plató. Esa parte del trabajo diario, la escritura, es la otra cara de la intimidad en la que me sumerjo para hacer ficción".
Además, la autora afirma que la realidad "siempre es mejor, más sorprendente, más rica, a veces, menos verosímil, pero siempre más viva". De hecho, añade, "algunos de los episodios que aparecen en 'Te regalaré el mundo' parecen puro producto de la imaginación y son, sin embargo, puro producto de la documentación".
Por último, preguntada acerca de si teme lo que la crítica opine sobre este primer libro, la escritora señala que "le da más miedo que la crítica no repare en la novela". "Los que se han dejado, los que han reparado, han dicho cosas buenas de 'Te regalaré el mundo'. Y los críticos más importantes, los lectores, están respondiendo bien", concluye.
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