Lo más importante para que una idea se haga realidad es tener confianza en la misma, y exponerla con pasión. Ese primer paso lo tiene ya ganado Diego Coronel Barroso, un jubilado onubense que quiere dar salida a un proyecto de aparcamiento en un solar de la calle José Fariñas, que es todo un ejemplo de como, con la unión de unos pocos, se logra mucho, y que tiene en mente desde marzo del pasado 2013.
Coronel ha estudiado y retomado un antiguo proyecto municipal (al que él denomina ‘Proyecto Esperanza Valeria’), para llevar a cabo un aparcamiento subterráneo en unos terrenos cedidos en su día, según cuenta a Viva Huelva, por el Ministerio de Defensa al Ayuntamiento. Pero, la novedad radica en que no se trata de adjudicar su obra a una empresa, en estos malos tiempos para la construcción, sino en realizarlo a través de una cooperativa (controlada en todo momento por un administrador de Hacienda para que “no se pierda ni un euro”), lo que supone por un lado, que a los que se punten la plaza de garaje le sale por sólo unos 6.000 euros, pero también, que habrá socios cooperativistas que pondrán su trabajo, a cambio de un sueldo digno mensual, que serán escogidos entre desempleados de la construcción del barrio de Isla Chica.
No obstante, Coronel requiere el apoyo del Ayuntamiento, del que reclama que ponga a su disposición los técnicos que den forma al proyecto, aunque lamenta, que lleva más de un año intentado ver al alcalde Pedro Rodríguez para contarle su Esperanza Valeria, sin que hasta el momento haya recibido respuesta ni haya sido, claro está, atendido.
Él mismo está difundiendo la idea entre los vecinos, y una noche, ni corto ni perezoso, bajó al solar en cuestión, para, con sus conocimientos de delineación, diseñar un plano del proyecto que admite unas 200 plazas por planta, dando salida a cuantas solicitudes haya.
Dice que todo el mundo gana, el Ayuntamiento, pues se quita un solar baldío, y además, cobrará el correspondiente IBI por cada plaza, los parados que “se quitarán de la cola del Inem”, la Seguridad Social, porque habrá más gente cotizando, los que cuentan con dificultad para tener una plaza de aparcamiento propia a precio asequible, las empresas de suministro de material de construcción, el barrio, que gana una plaza con zona infantil y cafetería...
Así lo ven también dos vecinos convencidos del proyecto, Sonali Chacón y Miguel Ángel Fonseca, que lo ven como una oportunidad, pero también como una “obra social importante”, que “enriquece aquella zona” al tiempo que crea puestos de trabajo, y en definitiva, llena de vida a aquel espacio, actualmente, deteriorado.
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