Tendencias ¿Qué tipo de tendencia?... Parece estar de moda este vocablo en tanto en cuanto viene a unirse a nuestras vidas y quehaceres diarios.
Tendencias en la moda, en el cine, en la música...y en todo tipo de artes, cerrando puertas a la pluralidad, el ingenio y movimientos a veces transgresores. Si no es tendencia no se vende, no se publica o no se edita.
Las tendencias aparecen como abanderadas de las redes sociales, para marcar las predilecciones de las personas a la hora de tratar uno u otro tema.
Pero ¿quién dirige dichas tendencias? Alguien habrá de ser cuando no hay más que decir al respecto. Esto es lo que toca y si no...santas pascuas. A esperar a que por lo que apostamos algún día se convierta por arte de birlibirloque en tendencia para todos.
Está de moda ser tendente o tener tendencia hacia todo lo que nos rodea, y digamos que incluso de manera obligada se nos incita a que sean declaradas de una manera u otra nuestras tendencias.
Cuáles son nuestras tendencias sexuales, políticas, morales, religiosas.... Parece como si la sociedad se hubiera visto atrapada en todo un entramado de deberes de transparencia societario, que desde luego no llega a alcanzar a todos, pero que viene unirse a ese sentimiento tan arraigado en ella como es la necesidad de saber cuáles son las tendencias de sus familiares, amigos, vecinos y de todos aquellos que puedan tener enfrente o incluso un poco más allá, si es que hiciera o no hiciera falta.
Además, parece que vivimos en el seno de una sociedad que no se conforma con conocer cuáles son nuestras tendencias, si no que, por el contrario, abunda aún más en el asunto queriendo juzgar o interponer sus condicionantes hacia las tendencias ya confesadas, casi por imperativo legal.
Si confesamos abiertamente que nos consideramos ideológicamente de centro, siempre habrá quienes nos coloquen la etiqueta de que tenemos tendencias de derecha o izquierda. Si somos de derecha o izquierda...la cizaña de las supuestas tendencias nos inclinarán hacia los extremos políticos que representen tanto a unos como a otros.
Debemos tener tendencias que nos dirijan hacia lo progre y lo moderno, nada de declarar que tendemos hacia lo conservador o lo tradicional, porque entonces dejaría de ser una tendencia para convertirse en algo más parecido al alcanfor. Resulta curioso este planteamiento.
Parece que tener tendencias religiosas, como no parece estar bien visto en estos momentos, es algo negativo. Es mejor tener tendencias hacia lo espiritual. Sí, si nos dejamos llevar hacia este fenómeno habremos acertado, porque es tendencia. Y es ahí donde, al igual que en los ejemplos anteriores, volvemos a emplear caprichosamente nuestro diccionario hasta apropiarnos de sus vocablos a nuestros antojos o esnobismos, porque existen de manera bien diferenciada los significados de las palabras registradas en el mismo.
Y lo espiritual es religioso, con su tendencia hacia uno u otro lado. Nuestros ideales políticos están bien definidos sin la necesidad de tender más allá o más acá; son tendencia del mismo modo el mostrarnos más progres o conservadores y todo lo demás viene por añadidura de no sé qué movimiento que desea sacar de quicio las cosas.
No es lo mismo tener tendencia, que es la propensión o inclinación de los hombres y mujeres para hacer las cosas o para orientar sus ideales económicos, religiosos, políticos o artísticos..., que tener querencia, que es la inclinación de los animales para volver al lugar donde nacieron o criaron, o lo que siente el toro para volver a un determinado lugar de la plaza para fijarse, como les sucede a muchos de los personajes que nos rodean en la actualidad y curiosamente crean las tendencias.
Así pues, llamemos a las cosas por sus nombres y utilicemos bien nuestro vocabulario. Hagamos un ejercicio de libertad y en defensa de nuestras propias intimidades y seamos tendentes a lo que queramos ser, aunque no habremos de olvidar que hay que mirar de reojo a todos esos que nos quieren imponer sus deseos y a los que interesa convertir en tendencia una u otra. ¿Simples cotillas o manipuladores del lenguaje y de las masas sociales? Os dejo que tengo que tender, que eso no pasa de moda.
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