El Real Madrid firmó una goleada balsámica en su estreno europeo, que calma la ansiedad de su crisis de resultados, y vapuleó a un endeble Basilea (5-1) en un nuevo juicio al portero Iker Casillas, silbado por un sector del Santiago Bernabéu y ovacionado por la mayoría en un pulso sin sentido.
El fútbol llega a unos límites de incomprensión absoluta en un estadio capaz de pitar a su capitán cuando su equipo goleaba por cuatro goles de diferencia. Se convierte en atracción pública acudir al estadio a juzgar a Casillas. Se instaura en el Bernabéu, como el bocadillo del descanso o el silencio que caracteriza sus gradas en plenos partidos.
Nadie frenó en su día la campaña de descrédito que sufrió Casillas y ya es tarde para remediarlo. En pleno terremoto el Real Madrid se insufló una dosis de confianza que le hacía falta. El Basilea era rival idóneo para resucitar. Un conjunto que sale a jugar y que deja espacios que fueron bien aprovechados por el ataque blanco. La fase defensiva es capítulo aparte. El equipo de Carlo Ancelotti sigue partiéndose y es lento en el repliegue. Pero en la primera noche europea los goles maquillaron todo.
Los necesitaba Karim Benzema, tanto que Cristiano Ronaldo sacó a relucir su cara más solidaria asistiendo hasta en opciones de tiro. Y también lo consiguió James Rodríguez para cerrar su partido más completo en el Santiago Bernabéu. Recuperó el 4-3-3 Ancelotti y el Basilea nunca supo frenar la velocidad madridista. Vio como Modric y Cristiano avisaban antes de que la mala suerte se aliase con Suchý, que metió en su portería un centro de Nacho Fernández en una acción preciosista de James con un taconazo al desmarque.
Los laterales eran las novedades madridistas. Con Arbeloa justo de físico como para aguantar tres partidos en una semana y Coentrao rotando con Marcelo, que dio más profundidad a su equipo. El tanto recibido no modificó el plan de un Basilea que salió a disfrutar. Así sorprendió al Chelsea la pasada temporada en sus dos partidos de la fase de grupo. Hoy era misión imposible. Casillas detenía un remate blando de Elneny para recuperar confianza y dejaba salir el disparo ajustado de Streller como respuesta al primer tanto blanco.
Llegó un momento que desespera a Ancelotti. La falta de continuidad en el juego. Lagunas que sólo la motivación o el físico pueden argumentar. El Basilea no creaba excesivo peligro pero sí llegaba con facilidad mostrando nuevamente que algo falla en el centro del campo, donde se pide a gritos una figura de medio centro defensivo que de equilibrio.
No hizo falta en el inicio del camino a la defensa de título porque reapareció la pegada madridista. Marcelo chutó a las nubes, Modric soltó un latigazo que sacó como pudo Vaclik que se lució con un testarazo picado de Benzema. Ya nada pudo hacer a la media hora cuando Modric sacó de su chistera un pase al espacio, quizás el primero de la temporada en un partido del Real Madrid, para que el veloz Bale dejase atrás a todos, picase el esférico a la salida del portero y marcase a puerta vacía.
Fueron dos minutos de brillantez de Bale. Primero marcó y luego asistió. Desde la banda derecha al remate de Cristiano en carrera para que el portugués inicie un nuevo camino a su récord goleador en Europa, ya a un paso de convertirse en el máximo artillero de la historia de la Liga de Campeones. No le obsesiona porque en el cuarto tanto del real Madrid de nuevo prefirió buscar a Benzema que chutar. El francés chutó abajo y se topó con la parada de Vaclik cuyo rechace lo marcó a placer James.
Con la goleada llegó la relajación y el Basilea marcó el tanto del honor sacando provecho de una contra. González, libre de marca, corrió y chutó ajustado al palo. Imparable para Casillas que no se libró de los silbidos. Tan deseosos están sus críticos de un argumento para hacer subir los decibelios en su contra, como sus defensores de una parada salvadora. Llegó a los 67 minutos. Varane en el primer balón que tocó cedió mal y dejó sólo a González en el mano a mano. Iker recuperó el santo y sacó una manopla al balón picado. El Bernabéu volvió a corear su nombre como hace tiempo no hacía.
Fue la noticia de una segunda parte para el olvido. Con todo resuelto, sin excesivas ganas de hacer más 'sangre' del Real Madrid. Bale perdonó la más clara, con Cristiano de nuevo solo para marcar. Ancelotti dio minutos a Illarramendi, al que sacó del ostracismo en el que está recluido pese a la marcha de Xabi Alonso y la lesión de Khedira. El poste evitó el segundo suizo, en disparo de Schär y a diez minutos del final Benzema recuperó el gol. Esta vez el intento de Cristiano tuvo premio, pared con espuela incluida y zurdazo arriba del francés que cierra su peor racha como hizo su equipo que ahora lo debe confirmar en Liga en Riazor.
- Ficha técnica:
5 - Real Madrid: Casillas; Nacho, Pepe, Sergio Ramos (Varane, m.66), Marcelo; Bale, Kroos, Modric (Illarramendi, m.74), James; Cristiano Ronaldo y Benzema (Chicharito, m.82).
1 - Basilea: Vaclik; Xhaka, Schär, Samuel (Kakitani, m.64), Suchy, Safari; Elneny, Frei (Delgado, m.83); González, Zuffi y Streller (Embolo, m.74).
Goles: 1-0, m.14: Suchý en propia puerta. 2-0, m.30: Bale. 3-0, m.32: Cristiano Ronaldo. 4-0, m.37: James. 4-1, m.38: González. 5-1, m.80: Benzema.
Árbitro: Damir Skomina (SLV). Amonestó a Pepe por el Real Madrid; y a Elneny, Samuel y Xhaka por el Basilea.
Incidencias: encuentro de la primera jornada de la Liga de Campeones, correspondiente al Grupo B, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 65.634 espectadores.
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