El Loco de la salina

Vuelta a empezar

Y encima se pone a nuestra disposición una aplicación informática para pagar más rápido, más seguro y con menos molestias.

La primera semana de septiembre no tenía yo el cuerpo para florituras, pero he reflexionado (me ha costado) sobre el verano y les comento.

Ya saben lo del mito de Sísifo. Por lo visto este personaje mitológico enfadó un montón a los dioses, porque al parecer se pasaba de astuto. Y de eso ni mijita, que no está la cosa en el Olimpo para aguantar pamplinas de ningún listo. Al pobrecito lo dejaron ciego y lo condenaron a empujar perpetuamente un peñasco muy gordo que debía subir hasta lo más alto de una montaña. Luego la piedra volvía a caer hasta el valle o se la tiraban, y Sísifo tenía que bajar, recogerla otra vez y volverla a subir. Así para siempre jamás. Esto es lo mismo o más duro. Se acabó lo que se daba y vuelta a empezar con el peñasco de la nueva estación a hombros hasta que llegue por fin el verano.

Este loco vuelve otra vez con ganas de empujar otro poquito y con las pilas mejor puestas, aunque todavía tengo un tornillo en la cabeza que continúa molestándome. Espero que lo hayan pasado lo mejor posible y que a algunos se les haya enfriado tanto el cuerpecito como la mente.

Con respecto al verano no podemos quejarnos. También los vientos se fueron de vacaciones y dejaron que disfrutáramos de un clima envidiable, sobre todo en agosto. La playa de Camposoto siguió mostrando su incapacidad para acoger tanto coche y tuvimos que seguir partiéndonos la cara para aparcar.

Volvieron los turistas a encontrarse con que no tenían suficientes hoteles para pasar unos días en La Isla y volvieron a quedarse con las ganas de visitar las cosas bonitas que todavía tiene esta ciudad, aunque ya están un poco acostumbrados. Los periodistas tuvieron que agudizar la imaginación para encontrar noticias frescas. Los políticos comenzaron el precalentamiento para las elecciones salpicando las páginas de los periódicos con fotos y críticas que todavía no piden el voto, pero que lo parece.

Respiramos oxígeno con las noticias que nos llegan sobre el Hospital de San Carlos, aunque muchos, como Santo Tomás, hasta que no metan el dedo en la llaga no van a creérselo. Esto sin contar la angustia por la que están pasando los Olvidados de San Carlos con sus 70 puestos de trabajo en el aire. Las zonas azules, invención diabólica y auténtico castigo para el supercastigado ciudadano, han vuelto a ser repintadas para que nadie pueda perder de vista su miserable condición de atracado hasta en la puerta de su casa. Y encima se pone a nuestra disposición una aplicación informática para pagar más rápido, más seguro y con menos molestias. Es un caso claro de cómo la tecnología punta puede acabar dándonos un puntazo mortal. El cinismo no tiene límites. El Parque del Barrero va a recibir obras de mejora, que ya era hora. Ya han protestado otros parques ante la discriminación. Y ya han puesto el grito en el cielo los patos del Parque, porque da penita ver las condiciones en que viven.

Las rejas que los circundan están rotas, el agua podrida sobre la que nadan es algo impresionante y van hasta con las patas en la cabeza por si se les viene encima una de esas rejas que el Ayuntamiento ha puesto no se sabe si para defenderlos o para acabar con ellos. La selección de baloncesto nos dio la de arena ante Francia, aunque dentro de unos días volvamos a recordar y a celebrar en La Isla que sin necesidad de los Gassol los cañaíllas les dimos a los gabachos para ir pasando. El que no se consuela es porque no quiere.

En fin, ¿qué les voy a decir que ustedes no sepan y sufran? La cuestión es que la vida sigue con y sin Botín y que yo me alegro de poder contactar de nuevo con ustedes, porque no se lo querrán creer, pero les echaba mucho de menos. Ya me han dicho que de salir del manicomio nada, pero tal como estoy viendo la cosa ahí fuera, más vale que me quede aquí otra temporada, por lo menos hasta que pase el 9 de noviembre.
.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN