El sueño y la necesidad de un movimiento vecinal unido para la capital, cuando atraviesa uno de sus peores momentos en los últimos años, se disipa aún más. Ahora que la administraciones parecen cada vez más incompetentes para sentarse y buscar soluciones dialogadas a los problemas del Jaén olvidado, el que presidiera la federación vecinal “Ciudadanos por Jaén”, Isidro Monteroso, presenta su dimisión por cuestiones personales que no son otras que las disputas internas. Nada nuevo ni preocupante más allá de la desunión vecinal de los últimos años, sino fuera porque deja entreabierta la posibilidad de constituir una nueva federación con aquellos afines a su gestión. Los barrios de Jaén y sus vecinos no se merecen un movimiento vecinal roto, movido por intereses, en muchos casos políticos, que nada tienen que ver con los problemas de la calle. Jaén no puede tener cuatro o cinco federaciones por mucho que algunos las defiendan. Los vecinos de Jaén precisan una voz unívoca y unida que luche por los problemas de la ciudad, más allá del legítimo devenir de cada una de las asociaciones vecinales y de sus intereses particulares. Porque, finalmente, esas peticiones de aquí y allí, no son más que una voz, un grito: el de trabajar, luchar y provocar que a Jaén y a los jienenses no se les ningunee más su dignidad y el orgullo de sentirse de esta tierra.
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