La Liga apenas acaba de arrancar y lo cierto es que el remozado Sevilla de Emery ha dejado buenas sensaciones en sus primeros 180 minutos que le han valido para guardarse cuatro puntos en el zurrón tras el empate ante el reforzado Valencia y la victoria en Cornellá. Algunos de los nuevos como el polaco Krychowiak o el talentoso Denis Suárez comienzan a encajar en el puzzle de Unai. Otros como Deulofeu y Banega aprietan para convertirse en indiscutibles.
Pero lo cierto es que a fecha de hoy existe algún que otro caso de los denominados como extraños. Así, el papel principal de este ‘expediente x’ lo protagonizaría el delantero gallego Iago Aspas, uno de los grandes valedores de cara a la afición en la planificación deportiva de este pasado mercado estival. El ex de Celta y Liverpool aterrizó en Nervión con el cartel de fichaje relevante y cualitativo. Cierto es que en Inglaterra ha pasado un año casi en blanco a pesar de su calidad desplegada en su periplo en Vigo. Pero claro, visto lo visto hasta el momento quizás se entiendan diversas cuestiones que le han llevado a desistir de la Premier para volver a España.
Pocos discuten su calidad y olfato goleador, pero muchos sí ponen en duda su capacidad de integración e implicación. No obstante, el gallego empezó con buen pie en la pretemporada, disfrutando de minutos y viendo portería, pero llegó el momento de la verdad en la Supercopa frente al Madrid y en los 24 minutos que pisó el césped del Cardiff City Stadium ni siquiera hizo por tocar un balón.
Emery es severo ante los jugadores que van de crack y terminan borrándose de los partidos. Que se lo digan a Reyes o a Marin. Desde entonces, Aspas ni se ha estrenado en el campeonato liguero, a pesar de la lesión de Gameiro. Ahora, incluso Juan Muñoz podría quitarle el puesto.
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