Vivimos en un momento en el que no hay mucho empleo. No obstante -y aunque no lo parezca-, sí que hay grandes oportunidades de trabajo. La escasa oferta laboral está dirigida sobre todo a personas muy especializadas, con experiencia y con mucha formación. Pero trabajo en sí realmente no falta. Lo importante es saber detectar esas oportunidades, es decir, tener la capacidad de aportar soluciones a problemas o ineficacias que se detectan en el mercado. Oportunidades de trabajo hay muchas. Por tanto, no seamos pesimistas: Vivimos en un momento en el que realmente hay mucho trabajo. Debemos convertir esa oportunidad en un negocio.
Lo difícil no está en identificar problemas, sino en crear negocios y que generen riqueza para poder vivir de ellos, por eso es importante recordar lo que se necesita para crear un negocio.
Lo primero es tener iniciativa y ganas. Sin ilusión y convencimiento, no hay negocio. Esto de emprender suena muy bien, pero es muy duro, por lo que necesitas un motor, una visión. También necesitas una meta (por ejemplo, ser tu propio jefe) o simplemente acordarte de que no hay otra alternativa si quieres salir adelante.
Lo segundo es tener una idea. Personalmente creo que, hoy por hoy, tenemos muchísimas herramientas que nos ayudan a identificar ideas para montar negocios. Mira a tu alrededor e identifica problemas no resueltos en el lugar donde vives. También puedes viajar, ir a otros lugares para ver qué es lo que hacen allí. Si no quieres o puedes desplazarte, también tienes Internet para identificar ideas. Piensa que cualquier idea que se te ocurra, ya estará en Internet. Seguro que no eres el primero. Si no la encuentras, es que no has buscado bien. Una vez la encuentres, acuérdate de que muchos de los negocios son copias, así que no te preocupes por hacer lo mismo que otro: sólo intenta hacerlo un poco mejor.
En tercer lugar, lánzate e inténtalo. Tendemos a pensar que montar un negocio es ir al notario, constituir la SL, tener una oficina, etc. Pero no tiene por qué ser así. Antes de todos los papeleos es recomendable hacer una prueba. Para crear una tintorería no necesitas comprar una máquina. Primero llama a amigos y conocidos para ofrecerles el servicio, recoge pedidos y llévalos a otro lugar a que limpien la ropa (aunque el margen que ganes sea pequeño) para entender si tiene sentido, si la gente te dejará la ropa. Esto también te será útil para identificar que están dispuestos a pagar. Hacer una prueba te evitará meterte en líos.
Por otro lado, también necesitas tener un cierto conocimiento empresarial: saber contar ingresos, restar los gastos, y que el resultado sea mayor que cero. Si no es mayor, entonces necesitarás saber si en algún momento será mayor que cero y si los negativos a lo largo del tiempo compensarán los positivos. Sin tener esto claro, tu negocio sólo se nutrirá de la ilusión del principio, pero llegará un momento que lo cerrarás. Es cierto que lo importante, sobre todo al comienzo, no es el dinero, pero acuérdate de que el sostenimiento económico es la regla fundamental para perdurar en el tiempo.
Lo quinto que necesitarás es dinero, independientemente de si lo que vas a hacer es ofrecer servicios desde tu ordenador o si has decidido construir un edificio y venderlo. No esperes ayuda por parte de bancos o políticos. Habla con tu entorno y convénceles; con poco puedes hacer mucho. También existen otras alternativas para financiar tu proyecto de las que podrías obtener ayudas (busca crowdfunding o P2P).
Otro requisito importante es tener los socios adecuados. Un socio es una persona en la que confías y que pueda ayudarte a llevar a cabo tu negocio. Aporta algo que tú no tienes y que necesitas para que el negocio funcione y no desaparezca. Un consejo: Define claramente las condiciones de separación por si en algún momento no os entendéis. Los problema entre socios es una de las causas de fracaso de un negocio más frecuentes.
En séptimo lugar, encuentra un buen equipo. No se trata de tener a los mejores, sino aquellos con los que te sientes cómodo, que tengan la misma ilusión que tú, y que sean capaces de acompañarte y darte horas de su vida para que el negocio salga adelante.
Y por último, aunque no menos importante, agudiza tus instintos. Los mercados cambian constantemente. Tener una empresa, trabajadores e ingresos no te asegura que tu negocio siga ahí mañana. Siempre estate alerta y atento.
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