La de 2014 será una buena cosecha en los viñedos de la Sierra Sur. También en las tierras de Viñedos y Bodega Marcelino Serrano, una empresa familiar que continúa perseverando en su apuesta por lograr vinos diferentes, trabajados, con personalidad, fruto de la experimentación y la pasión que tanto el patriarca, Marcelino Serrano, como su hija Blanca, ponen en esta ciencia que es la enología. La vendimia en las propiedades tanto de El Cascante como de Mures se iniciará este año alrededor del 20 de agosto, con las variedades chardonnay y sauvignon blanc. Frente a la pasada campaña, en la que los fríos y heladas de la primavera no sólo retrasaron la recolección de la uva sino que diezmaron de manera notable la producción, este año se prevé una cosecha que rondará los 25.000 kilos, alrededor de un 65% más que en 2013. Pero no hablamos sólo de cantidad. El mimo con que estas viñas son protegidas de plagas como el oídium, una de las enfermedades fungosas más comunes y de más amplia distribución en las principales zonas vitícolas del mundo, darán una uva de excelentes propiedades de cara a esta campaña, lo que se traducirá en unos 17.500 litros de vino, o lo que es lo mismo, 24.000 botellas que se distribuirán por buena parte de la geografía nacional.
“Seguimos siendo una bodega muy pequeña, mucho más pequeña que la más pequeña de las bodegas familiares de las grandes zonas vinícolas españolas, como La Rioja, pero nuestros objetivos siguen siendo los mismos que en los últimos años, producir vinos de alta gama”. Y a buen seguro que lo están logrando. Para las próximas Navidades, Viñedos y Bodega Marcelino Serrano va a sacar al mercado la que será, sin duda, su gran novedad de esta temporada. Se trata del nuevo “Blanca María” fermentado en barrica. Se trata de una producción de uva chardonnay fermentada en barrica de roble francés. El vino se ha dejado durante cinco meses después de su fermentación con las madres, las levaduras que metabolizan el azúcar convirtiéndolo en alcohol. El resultado, nos adelanta Blanca Serrano, va a ser “un vino con más cuerpo, con más estructura y complejidad, que se asemejará a un blanco de crianza”.
Pero el nuevo “Blanca María” no es la única novedad en la que trabaja esta empresa vinícola alcalaína. De cara a finales del próximo año 2015 saldrá al mercado el primer vino espumoso que se crea en estas bodegas. “Vamos a aprovechar que en esta cosecha hay una gran cantidad de uva blanca de la variedad autóctona torrontés, propia de la provincia de Jaén y en cuya recuperación llevamos ya años trabajando. Va a ser algo muy ilusionante y especial sacar al mercado el primer vino espumoso hecho con uva torrontés, del que proyectamos embotellar apenas 1.500 unidades”. Esto no será una realidad hasta la Navidad de 2015 debido al proceso exigido en la elaboración de los vinos espumosos naturales Pero la capacidad de innovar de Viñedos y Bodega Marcelino Serrano no termina aquí, y ya se trabaja en otros proyectos, incluso más a largo plazo, como la elaboración de vinos gasificados o la creación de un vino tinto joven muy afrutado con maceración carbónica, que se elabora colocando directamente los racimos en los depósitos, donde se produce la fermentación, dando lugar a un caldo muy frutal.
Tantos proyectos tienen que ir acompañados de una ampliación de la superficie de cultivo, que en un futuro próximo se va a extender a 5 hectáreas, para dar mayor cabida a aquellas variedades que dan grandes vinos. Pese a su carácter familiar, la empresa está creando, también, cada vez más empleo de forma estacional, lo cual supone un motivo más de orgullo. Blanca Serrano, verdadero relevo generacional de esta gran aventura empresarial vinícola, reconoce que no es un sector fácil: “en este negocio hay que creer mucho y trabajar muy duro”, nos dice, aunque no niega las satisfacciones, que también las hay: “hacer algo que te gusta, te da mucha fuerza”.
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