La Fiscalía de Rimini (Italia) va a reabrir el caso de la muerte del ciclista italiano Marco Pantani, fallecido en febrero del año 2004 por sobredosis de cocaína, ante la nueva hipótesis de que el 'Pirata' fuese asesinado, según publica este sábado el periódico 'La Gazzetta dello Sport'.
El diario deportivo indica en su página web que la Fiscalía ha aceptado la petición de la familia para reabrir el caso y descartar de este modo que Pantani se suicidase el 14 de febrero de 2004, abriendo la vía de la investigación criminal. La noticia fue confirmada igualmente por la madre del ciclista, Tonina Belletti, en su perfil 'facebook'.
'Gazzetta.it' resalta que el Ministerio Fiscal estudia un "homicidio con alteración del cadáver y los lugares" y que el ganador del Tour de Francia de 1998, que atravesaba un mal momento, habría sido golpeado y obligado a beber la cocaína que se encontró en su cuerpo, después de la investigación del Profesor Franco María Avato, que señala que la gran cantidad de droga hallada solo se puede asumir diluida en agua.
Los padres del de Cesenatico nunca han dado veracidad a que su hijo se suicidase, sobre todo su madre, Tonina Belletti, que siempre ha reconocido que había "tantas dudas" en este caso. "Marco no estaba solo en la residencia, con él podían estar más personas y llamó a los 'carabinieri' por unas personas que le estaban molestando", señaló en una pasado entrevista, donde pedía la reapertura de la investigación porque quería "explicaciones y recibir respuestas".
El diario deportivo italiano publica muchas de las dudas que recaen sobre este caso como el desorden que había en la habitación de Pantani, el que estuviera alojado cuatro días cuando había pedido estar una noche, la ausencia de equipaje o que hubiera tres chaquetas que el italiano había dejado en otras ciudades.
Hace tres años, la justicia italiana absolvió a Fabio Carlini, el presunto traficante del 'Pirata', que estaba imputado de haber provocado su muerte por la venta de cocaína pura. Los otros imputados, otros tres traficantes, ya habían pactado con anterioridad su condena, con penas que iban desde los cuatro años y diez meses al año y once meses.
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