Abrieron sus puertas hace justo un año en la Avenida Atlántico y poco a poco se han ido ganando un hueco en la amplia oferta gastronómica local con tres cualidades que deberían ser indispensables para este negocio: simpatía, calidad y productos de la zona. La Taberna de la Rubia comenzó siendo el sueño de su propietario, Manolo Malia, y ha acabado siendo un proyecto que ha devuelto la ilusión a todos los que trabajan en él y los ha convertido en una gran familia.
Manolo trabajó varios años en El Campero, lugar donde aprendió de los mejores todo lo necesario para emprender su propio restaurante. Sin embargo, pasarían unos cuantos años más hasta que ese sueño se hiciera realidad junto a su mujer. “Mi marido siempre había querido tener un bar y era yo la que le quitaba las ganas porque pensaba que con la crisis no era un buen momento y era un trabajo en el que había que estar siempre encima”, cuenta Antonia Ortiz, la ‘rubia’ propietaria del negocio y la encargada de las delicias que salen de cada uno de sus fogones. Antonia nunca se había dedicado de forma profesional a la cocina, aunque reconoce que “siempre me ha gustado”; ahora, tras hacer balance del primer año de La Taberna de la Rubia, dice que “si hubiera sabido cómo nos iba a ir, lo habría hecho mucho antes”.
Platos creativos
De la ingeniosa creatividad de Antonia y su equipo han salido platos tan deliciosos como el tartar de setas, las albóndigas de pescado, el queso con pétalos de violeta y miel, o el revuelto de ortigas con piñones de La Breña. La cocina de La Taberna de la Rubia se basa en la cocina tradicional aunque con un ligero toque de innovación, creando especialidades novedosas utilizando los ingredientes más típicos de la zona. Así, en la carta de este restaurante destacan los platos elaborados con atún de almadraba y setas, lo mejor del mar y de los pinares que rodean a Barbate. Tartar y tataki de atún, setas al ajillo o al curry o hueva de leche se encuentran entre los manjares más demandados.
Además, ofrecen a sus clientes una amplia variedad de pescados frescos de la zona y un atractivo añadido en su carta es que cuentan con una gran cantidad de platos elaborados con verdura, como la fritura de la huerta, una especialidad de la casa donde las verduras se hacen en tempura. Esto convierte a La Taberna de la Rubia en un buen sitio si somos o tenemos acompañantes vegetarianos. Como colofón a este festín de sabores, nada mejor que probar uno de sus deliciosos postres, todos caseros y entre los que se encuentran el pudin de piñones, el flan de chocolate, los bombones de coñac o la tarta de tres chocolates “hecha sin Thermomix”, bromea Antonia.
El último gran atractivo, y no menos importante, del negocio es el espacio en sí, contando con un amplio comedor para celebraciones y una terraza entre la Avenida Atlántico y el Paseo Marítimo desde la que se puede ver la hermosa Playa del Carmen disfrutando de la brisa fresca del mar. Todo ello convierte a La Taberna de la Rubia en el lugar ideal para disfrutar de un almuerzo, una cena o un tapeo durante el verano. n
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