Todos hemos oído más de una vez, durante el mes mariano de mayo, esa frase: "¡un durito pa' la maya!", pronunciada por lo general por niños que, elaborando pequeños pasos con flores de primavera y una cruz encima, pedían un aguinaldo a los paseantes.
En Rota, y desde hace ya treinta años, un colectivo de cofrades roteños ha querido hacer pervivir esta tradición a lo grande, con la participación de niños y niñas de la localidad, y festejando el mes de mayo con pequeños y pequeñas que serán los reemplazos de las hermandades locales.
Desde la casa de hermandad del Nazareno, y a las ocho de la tarde, salía ayer a la calle la Cruz de Mayo del casco antiguo, una procesión compuesta de dos pasos, uno de misterio, con la Cruz, y otro de palio, con una Dolorosa acompañada de dos santos. Antes de la salida, los nervios se palpaban en el interior de la casa de Hermandad, y los pequeños participantes eran organizados para su próxima salida por familiares y los artífices de esta salida. No les iba a faltar un acompañamiento musical de lujo: la banda de cornetas y tambores 'Zoilo Ruiz Mateos' y la banda de música de la Hermandad del Nazareno les acompañaron como si de una señora hermandad se tratase.
Los jovenes costaleros (unos setenta) y capataces dejaron a los cientos de personas que les esperaban en la calle boquiabiertos con su buen hacer, y es que apuntan maneras. Entre ambos pasos, una cuarentena de niños y niñas con trajes regionales y con flores de primavera en sus manos componían el cortejo.
Recorriendo las calles del centro, este año con una ligera modificación para hacer un recorrido más práctico y de mayor realce, estos niños y niñas sin duda disfrutaron con mucha ilusión de una tradición que espera cumplir treinta años más haciendo cantera cofrade para las Hermandades roteñas.
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