A estas alturas todo el mundo sabe que la transferencia del Hospital San Carlos al Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía por parte del Ministerio de Defensa no se va a producir antes del 31 de este mes ni siquiera dentro de dos meses.
Los políticos lo andan diciendo cuando les toca y cuando no hay público molesto que pueda airear lo que es un secreto a voces. Están todos, ahora parece que se han tomado una tregua con la campaña de las elecciones europeas, a verlas venir porque se ha llegado a un momento en el que lo que se diga es perjudicial para los intereses del que lo diga,sobre todo después de que los dos grandes partidos gastaran un dineral en folletos arrogándose el triunfo en la batalla entre las administraciones.
Se sabe que hay un conflicto que no es baladí, pero se sabe también que están conversando, que las negociaciones no han parado y a excepción de las personas que ven que en el mes de junio terminan sus contratos y que todo queda en un limbo que no se ha aclarado, los demás están tranquilos, la plantilla del centro que es la piedra de toque y los políticos que esperan el momento propicio para poder buzonear de nuevo la ciudad.
Difícilmente se firmará nada antes del mes de octubre con un verano por medio que administrativamente es tiempo muerto. Como lo saben, de la misma forman que saben que el cierre del acuerdo puede prolongarse incluso más, la tranquilidad imperante tranquiliza a unos y altera a otros, pero es lo que hay.
Hasta los que resisten en la puerta del Hospital cada miércoles, acompañados por miembros de la Federación Isla de León y representantes de los partidos minoritarios lo saben, de la misma forma que saben que las movilizaciones no se van a producir mientras haya más tranquilos que intranquilos.
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