Fuentes del caso dijeron a Efe que el juzgado de instrucción 5 de Sevilla ha concluido la investigación del caso, una vez recibidos los informes del Instituto Nacional de Toxicología que han confirmado el fallecimiento del bebé por un golpe de calor, ya que carecía de otras patologías.
El suceso ocurrió el pasado 18 de julio de 2008, cuando a primera hora de la mañana el padre no dejó al pequeño en la guardería, como era su costumbre, sino que lo llevó a su trabajo en un instituto de Camas (Sevilla), donde debía solucionar unas cuestiones de apenas unos minutos.
Sin embargo, las gestiones se prolongaron y cuando regresó a su coche unas dos horas después, hacia las 12.30 horas, se encontró al pequeño inconsciente en su sillita.
El niño fue trasladado al Centro de Salud de Camas y luego al hospital infantil Virgen del Rocío, donde pasó tres días en coma y falleció con un diagnóstico de golpe de calor.
El pequeño sufrió una grave deshidratación al registrarse temperaturas próximas a los 40 grados, que se elevan considerablemente dentro de un vehículo cerrado dejado a la intemperie.
El padre, muy afectado por la tragedia, declaró ante el juez el 30 de julio por una presunta imprudencia y reconoció el olvido sufrido. El juez hizo a la esposa del imputado y madre del pequeño el obligado ofrecimiento de acciones para personarse en la causa como acusación, que declinó pues dijo que su esposo era un “excelente padre”.
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