Pocas veces la ciudad de Jaén estuvo tan expectante a conocer las deliberaciones de un jurado y los detalles de un crimen que conmocionó a los jienenses hace cerca de dos años. El conocido como ‘crimen de la enfermera’ llega hoy a la Audiencia Provincial después de una larga andadura. La Fiscalía y la acusación particular, el Instituto Andaluz de la Mujer, piden 18 años de prisión por un delito de asesinato y su escrito de acusación es demoledor y no admite dudas sobre la autoría. Por su parte, la defensa de Jesús A. P., defiende su inocencia y desde el principio mantiene que la muerte de su esposa, enfermera en el Complejo Hospitalario de Jaén, fue consecuencia de los efectos de un fármaco. De hecho la Policía Nacional así lo creyó durante un mes, hasta que recibió las pruebas forenses. Después, los agentes que llevaron la investigación tampoco albergan dudas. Sin embargo, los propios familiares y amigos de la mujer muerta, que no se han presentado como acusación particular, siempre han defendido en los medios de comunicación la inocencia de Jesús, al igual que sus compañeros de trabajo. La rectificación por parte de los forenses de su primer informe respecto a la hora de la muerte de la víctima provocó que el juez dejara en libertad el verano pasado al acusado. Ahora, la justicia deberá discernir sobre lo acontecido el 8 de octubre de 2012, pero la única verdad hasta el momento irrefutable, es que la víctima, Antonia Osuna, está muerta y que en este tiempo pocos se han acordado de ella.
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