Goleada y felicidad en Nervión. Todo brilló para que anoche el Pizjuán fuera una gran fiesta en honor al campeón de la Europa League.
Once de circunstancias, como no podía ser de otro modo, el que presentó Emery ayer en el Pizjuán. Con multitud de bajas y la presencia de los canteranos Cotán y Carlos Fernández en un once en el que sólo aparecían cuatro titulares de la final de Turín.
Con muy poca mordiente y escaso ritmo, así comenzó un duelo en el que ni el uno ni el otro se jugaban más que el honor de ganar el último partido de la competición. En el primer cuarto apenas se contabilizaron llegadas claras, ni actuaciones de los guardametas. Sólo Carlos Fernández intentaba dar muestra de su calidad con acciones aisladas. Pero entonces, llegó el primero de la tarde-noche. Corría el minuto 16 cuando un saque de esquina es prolongado por Coke para que Iborra sólo tuviera que empujarla.
Tras el primero poco más acontenció hasta el tiempo de descanso en un partido que comenzaba a tener completamente dominado el Sevilla, y es que las circunstancias clasificatorias propinaron que lo que anoche se viera se pareciera más un partido de pretemporada que de la Liga.
Se reanudaría el choque con una clarísima para Jairo, que remató sin precisión una medio volea que le cayó en el punto de penalti. Pudo ser el segundo. Anduvo bien Varas en un par de acciones que pudo suponer el empate de los visitantes, pero Jairo se encargó de cerrar el partido antes de los previsto. Fue en el 60 cuando el cántabro se revolvió ante un defensor para batir por bajo a Herrera. La fiesta la puso la grada en cánticos que hicieron botar a Nervión.
Y llegó el tercero. En el 71, gran pase de Reyes entre la zaga para que el espigado Vicente Iborra convirtiera el tercero de los suyos y el segundo en su cuenta goleadora. Antes del final hubo tiempo para el gol del honor de los visitantes. En el descuento, Boakye empujó al fondo de las mallas un balón en boca de gol.
Así fue llegando a su fin una campaña que ha resultado más que positiva tras decenas de dimes y diretes. El Sevilla, entre honores, selló ayer su certificado de calidad de cara a un futuro que comienza a ser presente.
La hora de las despedidas
En primer lugar, el meta canterano Javi Varas disputó anoche su último encuentro como sevillista. Otros, como Trochowski o Alberto Moreno puden que también. Pero todos se acordaron del capitán. “Rakitic no se vende”, cantó la parroquia sevillista.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es