La bebé onubense de 16 meses encontrada muerta en Fiñana (Almería) en 2012 falleció por el "choque repetido" de su cabeza sobre una superficie plana, "posiblemente asociado a caídas y/o sacudidas violentas sujetándole por el tórax", según el informe del Instituto de Medicina Legal.
En este documento forense, al que ha tenido acceso Efe, se indica que la pequeña sufrió una muerte de etiología homicida, por un traumatismo craneoencefálico y que se produjo entre el 24 y el 25 de diciembre de 2012.
El forense indica que el desencadenante de "dicha actitud violenta por parte del agresor" pudo ser "la frustración que pudiera experimentar mientras lloraba el bebé".
El informe descarta que la niña fuera estrangulada o que muriera ahogada, aunque sí tenía síntomas de asfixia porque le habían envuelto la cabeza con film.
En su última declaración ante el juez, Jonathan Moya, acusado del secuestro y asesinato de la pequeña Miriam, ha imputado el crimen a una tercera persona, alguien cuya identidad no ha trascendido pero que, según fuentes cercanas a la investigación, sería conocida en la comarca en la que tuvieron lugar los hechos y tendría antecedentes delictivos.
Jonathan Moya, en prisión desde diciembre del 2012, será juzgado por el asesinato de la bebé, cuyo cadáver fue encontrado el 27 de diciembre de ese año en una balsa de agua situada cerca de una vía de servicio de la A-92, en la comarca de Nacimiento, en Almería.
El secuestro se produjo una semana antes, cuando la niña se encontraba con su madre, una mujer natural de La Palma del Condado que denunció los hechos ante el instituto armado.
Moya había iniciado una relación con la madre de la bebé y fue detenido una semana después del secuestro, en un cortijo de su familia en el paraje de Camino Real de Abrucena, en el límite con el municipio de Fiñana, donde trataba de ocultarse ante el amplio operativo de búsqueda desplegado por la Guardia Civil.
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