Cuanto menos, rápidos y resolutivos lo son los empleados de Castillo, la empresa que gestiona el transporte público de autobuses urbanos de la ciudad. Quince días después de no percibir la nómina del mes de abril han convocado una huelga indefinida. No quiere esto decir que justifiquemos que no se paguen sus nóminas, pero existen medidas de presión intermedias a la huelga indefinida: concentraciones, manifestaciones, paros puntuales, etc. No olvidemos que se trata de un servicio público por el que pagamos todos los jienenses un millón de euros, aunque las dificultades del Ayuntamiento provoquen que exista una elevada deuda con la empresa. Pero de ahí a convocar una paro indefinido y dejar a toda la ciudad sin el único medio de transporte público asequible que tiene, es poco responsable. Y además, es sospechoso porque despierta dudas sobre si es el propio empresario el que usa a los empleados para que el Ayuntamiento le pague lo que le adeuda, totalmente legítimo, por otra parte, pero tanto como que el equipo de gobierno del PP, el mismo que hace tres años se hizo una foto celebrando con el empresario la victoria popular, le exija que invierta en el servicio de autobuses y sobre todo le fiscalice y controle las cuentas de una empresa que, repetimos, se lleva un millón de euros al año y de la que no sabemos ni el número de pasajeros anuales, ni porqué no tiene liquidez para pagar a sus trabajadores con el dinero que recauda de los viajes que realizan los jienenses.
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