Andalucía

Finalizan los encierros del Toro del Aleluya superando la inclemencia de la lluvia

La suelta ha contado con el peligro extraordinario de un suelo muy resbaladizo. Los toros Colibrí y Fragato han dado el juego esperado y han culminado en ambos casos el recorrido

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El Toro del Aleluya de Arcos se convirtió en fiesta pasada por agua, pero no en la hecatombe que se hacía presagiar a primeras horas de la mañana del Domingo de Resurrección, cuando desde los cielos descargó una impresionante tromba de lluvia.

Pese a la persistencia de las precipitaciones, el primer toro, de nombre Colibrí, perteneciente a la ganadería Gavira, de Los Barrios, salió del cajón situado en la calle Gomeles a las doce del mediodía una vez que el alcalde, José Luis Núñez, apostado en un balcón, dio el visto bueno con el tradicional gesto de ondear el pañuelo.

El animal, negro de 540 kilos de peso, salió como suele ser normal como una exhalación, para sufrir rápidamente un resbalón por el agua de lluvia acumulada en la calle, percance que el astado compartió con el público. La salida estuvo precedida de los tres cohetazos de rigor y de la entrega de llaves del alcalde al encargado del cajón que custodiaba al toro.

Con visibles muestras de frescura, Colibrí hizo el recorrido completo entre Gomeles y Corredera, regresando a calle Alta en más de una ocasión y provocando los característicos sustos entre corredores y público.


A los cuarenta minutos de permanecer en las calles, Colibrí protagonizó la primera cogida, un joven que fue trasladado rápidamente en ambulancia. Al parecer, sufrió un traumatismo facial. Igualmente, se llevó por delante a otro joven que incluso fue volteado por el animal. Sin embargo, el corredor logró levantarse por sus propios fueros pese a lo aparatoso de la cogida.

Con un suelo muy resbaladizo, también por la cera acumulada de las procesiones cofrades, la carrera fue bastante peligrosa, lo cual no mermó tanto el número de corredores como se podía pensar. Aun así, fueron varios los que se atrevieron a dar un capotazo, como también el animal embistió contra las vallas de la calle Corredera.

Pocos minutos antes de la una de la tarde, el equipo de protección del toro intentó ensogarlo para dirigirlo al cajón situado junto a Peña Picada, pero la tarea se antojó ardua porque, sencillamente, el animal no se dejaba, lo cual es lógico.
Cumpliendo el horario previsto, Colibrí entró en el cajón culminando así el primero de los encierros. El público, con una nueva tromba de lluvia, se refugió donde pudo, sobre todo en los bares del centro.

El segundo toro de la tarde, de nombre Fragato y de 510 kilos de peso, fue más rápido que su antecesor para completar el recorrido completo en unos minutos, tiempo en el que embistió contra un corredor al poco de su salida. Ya al público, en la calle y en las azoteas y terrazas fue más numeroso gracias al paréntesis de la lluvia. A los trece minutos de estancia en la calle y tras una arrancada, el toro golpeó en la cabeza a otro joven en la calle Gomeles dejándolo inconsciente y con restos de sangre en el asfalto. Ya entonces el animal mostraba su bravura  y su estado de frescura pese a las carreras iniciales y a las arremetidas constantes. Poco después transcendió que el herido recobró felizmente la consciencia.


A cinco minutos de las cuatro de la tarde, y después de haber permanecido un buen rato en la zona del Gallo Azul, comenzaron las tareas de ensogado que en esta ocasión fueron ejecutadas sin mayores problemas. Aún no se había cumplido la hora límite, con lo cual el Ayuntamiento de la ciudad no habrá incumplido la normativa de la Junta de Andalucía en este sentido, que prohíbe que los recorridos de este tipo de festejos duren más de una hora.

En el balance final, Cruz Roja llevó a cabo diez atenciones, la mayoría por caídas y magulladuras leves. Cuatro casos precisaron traslados a los hospitales de Villamartín y Jerez. El caso más grave fue el de un hombre de 45 años que recibió una cogida del primer toro y tenía herida por asta de toro en la zona abdominal, y una contusión en la cabeza. Tras ser atendido de urgencia en el puesto medico avanzado de Cruz Roja, fue trasladado al hospital de Jerez.
En el segundo toro, se atendió a un hombre de en torno a 35 años por una herida en la cabeza, causada al caer, que precisó sutura. También fue trasladado al hospital, en este caso a Villamartín, para un reconocimiento más exhaustivo. El tercer traslado fue el de una joven de 25 años aquejada de dolores en las costillas tras caer de un vallado. Fue trasladada a Jerez.
El cuarto traslado se debió a un ataque epiléptico, ajeno en este caso al encierro.

 

El dispositivo

El amplísimo dispositivo que exige la suelta de dos toros ya se dejó notar en los prolegómenos con la presencia de decenas de efectivos de un lugar a otro del recorrido ultimando los detalles.

Cruz Roja aportó un puesto médico ubicado junto al colegio La Salle dotado de traumatólogo, cirujano y enfermera, varias ambulancias, socorristas repartidos a lo largo del recorrido y un vehículo de comunicaciones para coordinar todo el dispositivo de seguridad, en el que destacó la presencia de voluntarios de la organización llegados de varios puntos de la provincia.

Igualmente, fue notable el trabajo del equipo de protección del toro que evitó en más de un caso una cogida u otro tipo de accidente. También el esfuerzo de los operarios municipales desde los días previos a la fiesta para el montaje de toda la infraestructura.

A este impresionante dispositivo se sumó el propio montado por la Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil y el centro de salud para que corredores y público permanecieran lo más seguros posible.

Sin embargo, poco antes de la salida del primero de los toros, las calles y azoteas ofrecían una imagen casi desoladora comparada con la de otros años, lo cual puede ser también atribuible a la falta de forasteros que probablemente no se aventuraron a viajar a Arcos. Sin embargo, a pocos minutos de la salida del primer toro el público se hizo más numeroso pese a la persistencia de las precipitaciones.


La contratación de las reses se ha llevado a cabo un año más con la empresa local Ruedos del Sur, después de la buena experiencia de ediciones anteriores desde el punto de vista del juego vistoso de los toros.

Las anécdotas

En cuanto a la lluvia, frustró en el Paseo de Andalucía un espectáculo musical al aire libre, ya que impidió que la orquesta pudiera montar su equipo de sonido.


En el apartado de curiosidades, se pudo ver a personas apostadas desde muy temprano, incluso con mantas, en un lugar estratégico para ver el toro. Hace 39 años, en 1975, también la del Toro del Aleluya fue una jornada lluviosa desde la mañana hasta la noche.

Las calles fueron ambientadas por la música de una charanga popular.

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