Ha costado pero parece que finalmente será a partir de esta semana cuando la Junta inicie las primeras intervenciones de rehabilitación en el bloque Lagartijo, 6, el mismo que tuvo que ser desalojado a principios de marzo por un derrumbe del techo de la última planta. Junto con otros tres bloques más forma parte del primer paquete comprometido por el delegado territorial de Fomento, Manuel Cárdenas, a los que deberán sumarse otros cuatro más a medida que se vayan ejecutando las obras, que tendrán un carácter integral y responden al convenio firmado en 2009.
Después de que la pasada semana el propio Cárdenas llegara a confirmar el inicio de los trabajos, extremo que aún no se ha producido, hay que decir que lo más relacionado con las obras que se dio la pasada semana fue la visita de los técnicos de la Junta de Andalucía para hablar con los vecinos del bloque y detallarle los trabajos a ejecutar el pasado lunes. Ya el miércoles, 24 horas más tarde de que el Ayuntamiento empezara también a cumplir con su parte, y colocara la valla de seguridad en todo el perímetro del bloque Antonio MeJías Bienvenida, 5, para acometer sus dos proyectos comprometidos (el segundo es en la calle Pedro Romero, 2) en dicho convenio -parece que ahora a las dos administraciones les han entrado las prisas- la Administración andaluza hacía lo propio y enviaba también al personal de la empresa encargada a colocar la caseta de obra delante del edificio de Lagartijo.
Sin embargo, en ambos casos, los trabajos no han llegado a empezar, por más que tanto el delegado de Urbanismo, Agustín Muñoz, como el propio Cárdenas, llegaran a anunciar su inicio, salvando que los dos titulares de esta disciplina entiendan el inicio de una obra como los preparativos propios antes de comenzar con la rehabilitación propiamente dicha.
Sea como fuere, los vecinos quieren hechos y, sobre todo, movimiento, y esperan que el inicio de los proyectos no se demore más de esta semana, toda vez que la promesa de Cárdenas pasa por ejecutar la intervención integral en al menos once bloques o incluso más antes de que termine 2014. La contrarreloj ya está en marcha y, de momento, juega en su contra.
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