Un generador de oxígeno explosionó mientras el submarino nuclear se encontraba a cientos de pies bajo el hielo ártico.
El ministro de las Fuerzas Armadas, Bob Ainsworth admitió “errores evitables” y el almirante Andrew Matthews, del Ministerio de Defensa, añadió que se debía “aprender de lecciones como esta”.
El forense Derek Winter declaró que escribiría al Gobierno instando a que se tomaran acciones urgentes para evitar accidentes similares.
El almirante Matthews señaló que habían introducido un nuevo sistema de generador de oxígeno en los buques de la Royal Navy y que los habían “considerado seguros”.
Los dos mecánicos que fallecieron en la explosión se vieron atrapados en una zona contigua a la del incidente. Las autopsias revelaron que uno de ellos murió por múltiples daños y el otro de envenenamiento por monóxido de carbono. El forense ha manifestado que “fallos sistémicos llevaron a la contaminación y a los daños de los generadores de oxígeno a bordo, lo que causó la explosión”.
El ministro Ainsworth ha pedido disculpas a los familiares, como ya había hecho en el Parlamento y de forma personal, por los errores cometidos que llevaron a este trágico incidente. Asimismo el responsable de las Fuerzas Armadas británicas pagó tributo a la tripulación del HMS Tireless, por su valor y respuesta profesional.
El forense concluyó que existía la posibilidad de que el generador hubiera sido recuperado de un vertedero.
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