“Lo que me gustaría puntualizar es el desamparo que uno siente por parte de las instituciones públicas, es decir, gobiernos y sindicatos, cuando más amparados deberíamos estar”, señala Fran Carretero, ex de Delphi que permanece encerrado en el edificio de los sindicatos de Cádiz.
A Carretero le llama la atención “cuántos políticos representan a la Bahía de Cádiz, entre diputados, parlamentarios, senadores, concejales, y que ninguno sea capaz de traer empresas y generar riqueza para esta zona, algo que para mí en la clave”, y es que “unos y otros se amparan en que la competencia es de tal o cual administración, pero la realidad es que a pesar del número de políticos que representan a la Bahía, ninguno sea capaz de generar riqueza y empleo, con lo cual estamos abocados a la pobreza, a la exclusión social y a la emigración”.
Por otro lado, Pedro Córcoles Ruiz, ex de Delphi, quiere “expresar sentimientos que compartimos casi todos los que estamos en este encierro. Pensamos que estamos aquí porque nos han llevado como a corderitos por un camino en el que todo el mundo confiaba, todo el mundo pensaba que iba a haber una salida y al final, nada de nada, al final nos vemos como nos vemos hoy”,
“Estamos aquí encerrados”, señala, “para mostrar nuestra repulsa contra los sindicatos, contra la Junta de Andalucía y contra los políticos en general, porque pienso que la Junta trabaja como trabaja y los sindicatos no han sabido desde el primer momento enseñar los dientes a la Junta y a los políticos para lograr una salida para los trabajadores”.
“Pienso que esto (el encierro) se ha hecho demasiado tarde y al final unos a otros se están echando la pelota y somos nosotros los que lo estamos padeciendo”, opina Pedro Córcoles.
Eso sí, “entre nosotros nos estamos apoyando, eso sí, algunos se han puesto enfermos, otros se han puesto en huelga de hambre, pero seguimos aquí, aguantando lo que podamos, con nuestros problemas en casa, cada cual los suyos, pero cada vez somos más los que vemos que no podemos llevarles a nuestros hijos algo de comer, y es muy duro pasar por esto día tras día, teniendo que pedir comida a la familia, a los amigos, a los vecinos, pidiendo a los compañeros prejubilados que nos echen un cable… y la verdad es que si no fuera por ellos, no sé que sería de nosotros”.
“Creo”, conclue, “que esto habría que haberlo hecho mucho antes porque la Junta nos ha dejado abandonados y visto lo visto, para ser político cualquiera es bueno porque no saben gobernar este país y así nos tienen”.
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