Hace casi dos años que la empresa concesionaria del servicio de limpieza y recogida de basura, que en Jaén es FCC, está haciendo su trabajo con la ampliación del pliego de condiciones mientras desde el Ayuntamiento se decide cómo plantear el futuro que en este momento está abierto incluso a la posibilidad de que se haga cargo de esta responsabilidad el propio Consistorio. La situación ahora es que hay que elaborar un nuevo documento y el equipo de gobierno se coloca en la tesitura de tratar de acercar el gasto a los recursos que genera porque la realidad es que hay un costo anual de unos quince millones de euros mientras que los ingresos no pasan de los nueve, con lo cual hay un déficit de seis millones que en la situación actual de ruina es una pesada losa. Visto de otra manera, para resolver el laberinto o hay que rebajar servicios y disminuir competencias o por el contrario habría que subir el coste de las tasas. Ninguna de las dos fórmulas se antojan convenientes y ahí radica precisamente el problema, más aún si se tiene en cuenta que podría ponerse en peligro parte del empleo en el caso de que se aprobaran algunas restricciones, por ejemplo el rumoreado de descanso un día a la semana, y hasta ahí podíamos llegar. Difícil papeleta, municipalizar sería una opción, pero asegurando la rentabilidad; lo que esta ciudad necesita es un pliego de condiciones exigente para que la empresa que sea cumpla estrictamente y no haya que recurrir de manera habitual a planes de choque cuando como en el caso de FCC se lo ha llevado calentito con un servicio que en efecto es manifiestamente mejorable.
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