Malasia debe ampliar "inmediatamente" y aclarar el alcance de la búsqueda del avión de Malaysia Airlines que desapareció con 239 personas a bordo, ha reclamado este lunes el Gobierno chino a través de un comunicado de su Ministerio de Exteriores.
El embajador chino en Malasia se ha reunido con el ministro de Exteriores de dicho país este lunes, ha explicado el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hong Lei.
Casi dos terceras partes de los pasajeros del avión eran chinos. Los investigadores malasios están centrados ahora en los antecedentes de los pilotos, la tripulación y el personal de tierra que trabajaron en el avión Boeing 777-200ER en busca de pistas de por qué alguien a bordo pudo haber desviado presumiblemente el aparato cientos de kilómetros de su recorrido.
Entretanto, el primer ministro de Australia, Tony Abbott, ha anunciado este lunes que su país asumirá la búsqueda en el Océano Índico meridional del avión, del que siguen sin encontrarse restos más de una semana después de su desaparición.
Los investigadores están cada vez más convencidos de que fue desviado quizá a miles de kilómetros de su curso por alguien con un profundo conocimiento de los Boeing 777-200ER y la navegación comercial.
Las sospechas de secuestro o sabotaje aumentaron aún más después de que se confirmó que el último mensaje de radio desde la cabina --un informal "está bien, buenas noches"-- fue dicho después de que alguien había comenzado deshabilitar uno de los sistemas de seguimiento automático del avión.
Pero la Policía y un equipo de investigación multinacional tal vez nunca sepan con certeza lo que pasó a bordo del avión de pasajeros a menos que encuentren la aeronave, y eso en sí mismo es un desafío de enormes proporciones.
Datos de satélite sugieren que el avión podría estar en cualquier lugar de dos grandes arcos: uno que se extiende desde el norte de Tailandia a las fronteras de Kazajistán y Turkmenistán, o un arco sur desde Indonesia en el Océano Índico al oeste de Australia.
AUSTRALIA ASUME LA BÚSQUEDA EN EL SUR
Según ha indicado el primer ministro australiano, ha hablado por teléfono con su homólogo malasio, Najib Razak, y le ha ofrecido más recursos de vigilancia, además de los dos aviones Orion que su país ya ha comprometido.
Razak "pidió que Australia asuma la responsabilidad de la búsqueda en el vector sur, que las autoridades malasias creen ahora era una trayectoria posible de vuelo para este avión malogrado", ha indicado Abbott al Parlamento. "Estuve de acuerdo en que lo haríamos", ha añadido.
La desaparición del avión ha desconcertado a los investigadores y expertos en aviación. Este desapareció de las pantallas de control de tráfico aéreo civil en la costa este de Malasia menos de una hora después de despegar de Kuala Lumpur en dirección a Pekín.
Las autoridades malasias creen que, cuando el avión cruzó la costa noreste y voló a través del Golfo de Tailandia, alguien a bordo apagó sus sistemas de comunicación y viró bruscamente hacia el oeste.
LA ATENCIÓN EN LA TRIPULACIÓN
Esto ha centrado la atención en la tripulación y la Policía está tratando ya el caso como una investigación criminal. Las últimas palabras de la cabina del avión desaparecido fueron pronunciadas cuando salía del espacio aéreo administrado por Malasia y pasaba a los controladores de tráfico aéreo en Vietnam.
El mensaje vino después de que uno de los sistemas de comunicaciones de datos del avión, que hubiera permitido rastrear la aeronave fuera de la cobertura de radares, fue apagado deliberadamente, según reveló el domingo el ministro de Transporte interino, Hishammuddin Hussein.
"La respuesta a su pregunta es sí, fue desactivado antes", dijo a periodistas cuando se le preguntó si el sistema ACARS -un ordenador de mantenimiento que envía datos de la situación del avión- había sido desactivado antes del mensaje de despedida.
No se sabe quién a bordo pronunció esas palabras, que se dieron a conocer la semana pasada. El traspaso informal del piloto fue contrario a los procedimientos habituales de radio, que requieren que él lea las instrucciones para contactar al próximo centro de control e incluir el indicativo de llamada de la aeronave, ha explicado Hugh Dibley, un ex piloto de British Airways y miembro de la Sociedad Aeronáutica Real.
Probablemente los investigadores examinarán las grabaciones para ver si hay algún signo de estrés psicológico y para determinar la identidad del interlocutor, y así confirmar si la cabina de mando había sido tomada por secuestradores o el mismo piloto estuvo involucrado, dijo Dibley.
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