Hubo una monja que veía a Dios en los pucheros y Sor Salvi lo ve a través de las cuerdas de su guitarra. Hemos hablado con ella y además de su entrega a Dios, que es lo mismo que decir su entrega a todos y cada uno de los seres humanos, nos ha hablado de su nuevo libro, "Al otro lado de las estrellas", escrito con la misma humildad y amor al prójimo que la caracteriza.
También nos ha contado cosas de su congregación, de estas Salesianas que conocemos tan poco, quizás porque las tenemos cerca.
—Hay quien dice que cree en Dios gracias a la música de Bach. ¿Se puede llegar a creer en Dios gracias a la guitarra de Sor Salvi?
—-¡Si la gente tuviera que creer por cómo toco, qué sería de la fe! Creemos porque Dios ha derramado la semilla de la fe en nuestros corazones como el Don más preciado; la música, el canto, el cómo se interpretan los instrumentos musicales…, son sólo eso, instrumentos que ayudan a admirar la grandeza de Dios que derrama sus dones como quiere. ¡Dios es el dador de nuestra fe!
—Viéndola en la misa de San Pedro tocar la guitarra acompañando los salmos, se le aprecia un semblante de paz, de alegría, de comunión. ¿Estamos en lo cierto?
—-¡Vivir en paz: Una gran cosa! Pero esa paz que no está exenta de dificultades y que se vive desde dentro. Sí, me gusta vivir la paz, estando en paz con Dios, conmigo misma y con los demás. De ese vivir en paz brota la alegría. En nuestro mundo salesiano tenemos una 'consigna' que dice: "Un rostro alegre es señal de un corazón que ama mucho a Dios y a los demás" Eso crea comunión. Como creyente y como salesiana es lo que intento vivir para transmitir.
—Vayamos a su libro: "Al otro lado de las estrellas". Poesía y prosa para hablar de amor, para recorrer la historia de un niño discapacitado y su madre. El libro tiene trozos de ternura, y de alegría, sobre todo de alegría por vivir, por respirar, por amar. ¿Es la alegría, el amor, de lo más característico en Sor Salvi, en la autora del libro?
—-Como he dicho antes, procuro cumplir la 'consigna' salesiana. Porque existen muchos más motivos para estar alegres que para lo contrario, lo que ocurre es que nos cuesta mirar más allá de nuestros propios problemas, y estos se hacen como un muro infranqueable que no nos deja ver que, a pesar de las dificultades, hay motivos para esperar, para confiar, para tener ilusiones ¡y esto nos cambia el rostro! Y, por supuesto, ¿quién no está deseoso de abrirse al amor para dar amor? El amor allana los caminos que llevan al otro. ¡Es nuestra tarea!
—Este no es su primer libro. ¿Nos habla de sus anteriores publicaciones?
—-Mis anteriores publicaciones, como la que nos ocupa, son todas ellas fruto del deseo de compartir las propias vivencias, frente a Dios y frente a la vida. Por lo tanto, no es una enseñanza lo que quiero transmitir, sino una experiencia. En este sentido, quien coge uno de estos libros, se dará cuenta que eso que cuento, que digo no es diferente de lo que cada uno puede vivir y sentir en su interior, y es que todos tenemos sed y hambre de "altura", de ser mejores, de dar riendas sueltas a nuestros sentimientos más profundos. Son tres los títulos anteriores que se han publicado: El viajero de a pie, Un canto desde el silencio y Meditación y plegaria. El cuarto, ya lo sabes. En casa está disponible para quien quiera adquirirlo y colaborar así con los proyectos solidarios que llevamos a cabo.
—La labor de las Monjas Salesianas, como todo lo que tenemos cerca, es a veces desconocida. ¿Nos explica cuál es el cometido de su congregación?
—-El cometido de nuestra Congregación es la educación, integral, de los niños y jóvenes de la clase más necesitada. Este es el Carisma de Don Bosco y de Santa María D. Mazzarello (nuestra fundadora, junto con San Juan Bosco) Esto se lleva a cabo por medio de colegios, talleres, formación profesional, Promoción de la mujer…y un largo etc. de actividades, dirigidos todos, a crear "Buenos cristianos y honrados ciudadanos". Aquí, en Arcos, nos ocupamos en la actualidad, en talleres de Corte y Confección, y Peluquería, impartidos por dos monitoras contratadas por nosotras. Llevamos la catequesis de San Pedro así como la formación de las madres de estos niños, animación de las Eucaristías dominicales y festivos; actividades de tiempo libre, los viernes en el Oratorio. Atendemos a tres grupos de Asociación de María Auxiliadora, uno en Arcos, otro en La Barca de la Florida y el tercero en Paterna. Colaboramos en los repartos de alimentos (actividad que organiza muy bien Sor Josefina).
—Ya mismo tenemos a los niños de Primera Comunión. ¿Prepara usted algún grupo?
—-Mi misión en la parroquia es la de animar las eucaristías y enseñar cantos para las mismas y para las primeras comuniones. A parte de esto, realizo visitas a ancianos y enfermos de las dos parroquias: San Pedro y Santa María.
—Cree uno que, sin saberlo, nuestra sociedad, en su aparente búsqueda desaforada del bienestar y la felicidad, lo que realmente está haciendo es un culto a la muerte, a la destrucción. ¿Piensa lo mismo?
—Lo que pienso es que, en la búsqueda de ese deseo lícito de ser feliz que todos llevamos dentro, hemos equivocado el 'camino': Nos deslizamos por los derroteros de lo más fácil: los placeres, el tener, el poseer riquezas a cualquier costa, el poder, el aparentar…, drogas, botellones, etc., y nos hemos centrado aquí como lo único que da la felicidad, y hemos relegado a Dios en segundo, tercero o último lugar -por no decir que muchos lo hemos quitado de nuestro horizonte -. Dios es vida en plenitud; si quitamos a Dios, quitamos a la vida, y ¡donde no está la vida, está la muerte!, así de simple, lo admitamos o no lo admitamos.
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