Reapareció el tranvía ocho meses después de la entrega de llaves por parte del Ayuntamiento a la Junta. La vuelta a la actualidad del polémico transporte se debe a una sentencia judicial que hace al Consistorio titular del sistema tranviario y, claro, hasta ahí podíamos llegar, han dicho los responsables del equipo de gobierno, mientras oposición y Junta se han frotado las manos por entender que el pronunciamiento del señor juez les viene a dar la razón, así de simples hacen las cosas unos y otros, cuando lo más lógico es que tratándose de una cantidad de 316 euros su señoría haya señalado directamente a la administración más cercana, y seguro que el juez no es ajeno a la polémica en la que las administraciones andan metidas en los últimos tres años, desde el mismo momento en que se terminó la obra más rápida de la historia de la democracia en la que al menos por el momento han quedado enterrados nada menos que 120 millones de euros, una cantidad suficiente para resolver de una tacada varias reivindicaciones juntas y urgentes en la ciudad. No nos extraña en absoluto, pero es sintomático que las partes que han intervenido en este conflicto tengan argumentos tan faltos de solidez que necesiten la percha de una sentencia judicial para agarrarse a ella como clavo ardiendo en lugar de haber sido capaces, cada uno en su papel, de haber definido, que ha transcurrido el tiempo suficiente, la propia responsabilidad en lugar de echar balones fuera. Este asunto define perfectamente la indolencia, la siesta y la espera del maná que caracteriza a la política y a los políticos que dicen gobiernan en Jaén.
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