La protesta incluye un cese de comercialización de granos y ganado vacuno en pie por siete días, cuyos efectos podrían sentirse en los mercados y puertos a partir del lunes.
De momento, la protesta agraria, la séptima desde que se inició el conflicto en marzo de 2008 y la segunda en lo que va de este año, se hace sentir en las carreteras, donde los agricultores realizan protestas y bloqueos, algunos totales, pero en la mayoría de los casos intermitentes, en unos setenta puntos del país.
En algunos piquetes, los hombres de campo controlan el transporte de mercancías para no dejar pasar cereales ni ganado.
Los dirigentes agropecuarios aseguran que no alientan los cortes de carreteras que llevan adelante las bases del sector, a quienes pidieron “no molestar a la gente que circula”, pero sí explicarles las razones de la protesta.
En declaraciones a los medios de comunicación, el titular de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, justificó el malestar entre los hombres del campo al señalar que el Gobierno “estrangula hasta la asfixia a los productores” al negarse a bajar la presión impositiva sobre el sector, afectado por una severa sequía, un aumento en los costos de producción y una bajada en los precios internacionales de los granos.
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