Las cinco familias del bloque de la calle Lagartijo número 6 de La Constancia que el pasado jueves tuvieron que ser desalojadas de sus inmuebles ante el desplome del techo del dormitorio principal del piso superior aún no tienen fecha para regresar a casa. De momento, Urbanismo mantiene deshabitado y acordonado todo el edificio como medida preventiva de seguridad tras lo ocurrido en una vivienda que estaba apuntalada y que ya había dado más de un susto. Esta vez la cosa pasó a mayores puesto que no se trató de un falso techo, como ha ocurrido en los últimos episodios que se repiten desde noviembre, sino de la propia cubierta del edificio, quedando incluso parte de la habitación al raso.
Afortunadamente el piso afectado está vacío, por lo que no hubo que lamentar daños personales, pero este nuevo suceso ha evidenciado una vez más la fragilidad de unas estructuras sobre las que esta misma semana la Junta había anunciado actuaciones urgentes.
El pasado viernes a primera hora el delegado territorial de Fomento y Vivienda, Manuel Cárdenas, que días antes había visitado sin previo aviso durante tres horas todos los pisos afectados, contactó con los vecinos y anunció intervenciones “inminentes” en cuatro bloques, entre ellos por supuesto el que permanece desalojado. Por esta razón, los vecinos esperan que el inicio de los trabajos no pase de principios de semana y reconocen que con tantos antecedentes dormir a diario con alguna estancia de su casa apuntalada empieza a hacerse cuesta arriba. De hecho, entre el revuelo que se vivía en esta barriada la noche del jueves más de uno admitía que prefería pernoctar en otra casa antes que en su propia vivienda.
“Aquí ya no vamos a estar tranquilos hasta que empiecen las obras, la urgencia para nosotros es que lleguen ya los obreros”, señala el vicepresidente de la asociación de vecinos de La Constancia, Juan Miguel Payán. Después de que el propio presidente de este colectivo, Francisco Flores, sufriera otro aparatoso derrumbe del techo de su casa en 2008 que le tuvo ingresado en el hospital y obligó al desalojo de dos bloques, y tras los sucesos intermitentes que se han producido desde entonces, los residentes no saben qué más tiene que pasar para que el barrio sea objeto de la rehabilitación comprometida por convenio hace más de seis años.
Hace varias semanas amenazaron con echarse a la calle, pero Cárdenas llamó a la calma y recondujo la situación comprometiéndose a liberar una partida para actuar en los bloques más urgentes. Ahora esa actuación deberá realizarse a contrarreloj si no quiere que el barrio se le eche encima. Ya el pasado año, Fomento ejecutó una batería de pequeñas actuaciones de emergencia tanto en esta barriada como en La Asunción y La Vid, pero los vecinos llevaban tiempo advirtiendo de que el resto de los bloques “se caían” Ahora, de nuevo, todas las miradas están puestas en la Administración autonómica.
en casa de familiares
Por el momento, las cinco familias afectadas han optado por quedarse en casa de allegados, si bien desde el Ayuntamiento se les ofreció todos los recursos disponibles en caso de que fuese necesario buscar otros inmuebles para quedarse estos días. La mayoría se marchó el jueves con lo puesto, apresurados por los nervios después de que hasta la zona se desplazaran Policía Local, Policía Nacional y bomberos. El pasado viernes de nuevo regresaban a la espera de que una vez que el arquitecto supervisara el inmueble junto con los técnicos les permitieran una “tregua” para subir a sus casas y poder recoger algunas pertenencias más.
El Ayuntamiento apuntala los forjados
Técnicos de la Delegación de Urbanismo y del Área de Infraestructuras evaluaron a la mañana siguiente de derrumbe del techo la situación en que se encuentra el bloque de La Constancia afectado el pasado jueves por el desplome de una cubierta, al objeto de definir las medidas provisionales necesarias para minimizar el riesgo existente. En consecuencia, se está procediendo, por parte del Área de Infraestructuras, que dirige María José Rúa, al apuntalamiento de los forjados inferiores al siniestrado, y a la retirada los escombros de la zona donde se produjo el desplome. El mismo día de los hechos, los delegados de Urbanismo, Agustín Muñoz, Seguridad, Javier Durá, y Bienestar Social, Isabel Paredes, junto con técnicos de estas delegaciones, se desplazaron a la barriada para coordinar las medidas necesarias tanto de seguridad como de asistencia a las familias afectadas.
También se personasron en la zona patrullas de Policía Local y bomberos que acordonaron el edificio y adoptaron las medidas de seguridad necesarias.
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