Que las obras arquitectónicas son molestas e incluso peligrosas si no se toman las medidas adecuadas no es nada nuevo, pero lo que está sucediendo en el CEIP Nuestra Señora de las Nieves se pasa de castaño oscuro.
Escaleras invadidas por los elementos y herramientas de las obras, un patio acordonado y en desuso, paredes pegajosas, polvo, humedad… son los avatares que sufren a diario los alumnos del colegio más antiguo de la ciudad, situado en pleno casco antiguo. Las instalaciones están siendo sujetas de una reforma a cargo del plan OLA de la Consejería de Educación de la Junta, y aunque se puedan estar cumpliendo los plazos y las medidas de seguridad, convivir con las obras es un tormento.
Así lo ha puesto de manifiesto un grupo de padres ante el Ayuntamiento, cuyo alcalde, el delegado de Infraestructuras y el arquitecto Ángel Zurilla se trasladaron personalmente al centro para comprobar la situación y oír a los padres.
El alcalde, como ha repetido en otras ocasiones anteriores, no entiende por qué la obra no comenzó en verano para no interferir en las clases. Además, y lo que resulta extraño, es que la Consejería de Educación aún no se ha pronunciado sobre la oferta realizada por el Ayuntamiento para trasladar las clases hasta el contiguo palacio del Mayorazgo mientras duren los trabajos.
Además, Núñez ha vuelto a preguntarse por qué esta obra no se ejecutó en verano, que era el tiempo ideal para no interferir en las clases.
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