Así pues, aunque aún no hay un fecha prevista para su puesta en marcha, lo que sí está claro es que las nuevas instalaciones mejorarán la situación de los trabajadores y usuarios que se encuentran en estos momentos junto a la sede de Servicios Sociales, en la calle Fraile, un inmueble de reducidas dimensiones y con graves problemas de seguridad.
El nuevo equipamiento contará con una superficie útil de 260 metros cuadrados, divididos en dos plantas. En este espacio aparecen cuatro despachos, en los cuales los trabajadores sociales podrán atender en las mejores condiciones a los drogodependientes de forma individualizada; dos salas de reuniones para grupos numerosos, en las que se llevarán a cabo terapias conjuntas; y cuatro servicios, distribuidos en las dos plantas del inmueble.
No se dispensará la metadona
En otro orden de cosas, la diputada provincial de Igualdad y Bienestar Social, Margarida Ledo, ya aclaró meses atrás que este centro no será destinado para la dispensación de la metadona, un asunto que previamente había provocado la movilización de los padres de alumnos de los colegios adyacentes. En este sentido, la responsable de Bienestar Social insistió en que las funciones serán las mismas que se realizan en sede de la calle Fraile, que se ubica junto a otro colegio de la ciudad.
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