¿Qué nos trae ‘Quédate conmigo’?
‘Quédate conmigo’ trae una invitación a los que ya estaban para que se queden y una invitación para los que puedan venir por primera vez. Es un disco hecho por nosotros, por mí, por mi hijo Javi que lo ha producido y arreglado por José Recacha, por una serie de invitados, como Diego Carrasco, David Palomar, Tomasito, mi hija Lucía, Antonio Serrano… cada uno ha aportado su color y su instrumento y es una colección de canciones en las que yo suelo hacer invitaciones a la fábula y a la ensoñación, como he hecho siempre, canciones de amor en las que hago a veces con mucha emoción y otras veces con humor, invitaciones a que no nos quedemos en la monotonía, sino que pasemos a tratar de revolucionarnos e intentar vivir cosas nuevas. Hay canciones que hablan de unos niños que trabajan y a pesar de eso lo hacen con una alegría especial y desbordante y no renuncian nunca al niño que no deben abandonar. Y hay un par de canciones que hablo de cosas que nos incomodan mucho como todo lo que está pasando en relación al abandono de las clases populares por parte de los políticos y también de la amenaza a espacios naturales como nuestra querida playa de Valdevaqueros que está amenazada con hormigoneras desde hace tiempo y bajo el argumento de que eso va a ser el ‘sumun’ de los puestos de trabajo, y está amenazada de entrar en la misma ruina de que la playa se convierta en una prolongación de la ciudad. El disco es fresco y creo que es muy ligero, muy asequible y goza de una chispa bastante efectiva y tiene bastante de la sal que tiene Cádiz en términos generales.
¿Qué de nuevo y qué de lo que ya conocemos de Ruibal tiene esta nueva propuesta en relación con sus anteriores trabajos?
De nuevo que, el tiempo juego a favor del que persiste en su oficio y creo que musicalmente y poéticamente está más perfilado. Hay juegos rítmicos que no había hecho antes, no falta a lo clásico una buena dosis de flamenco y, en resumidas cuentas, es la propuesta que siempre había hecho, pero con mejores perfiles.
Este año llega después de ocho años sin canciones nuevas, ¿qué ha pasado en este tiempo?
A veces las circunstancias de la vida de cada uno están también sometidas, como la de cualquiera y, entre unas cosas y otras, yo hubiera preferido que hubieran sido cuatro y no ocho, pero nos hemos colado en ocho. De todas formas, en mi caso nunca ha habido una necesidad porque los plazos de publicación fueran más cortos. Yo lo que creo que hay que entregar es una buena colección de canciones que duren, que a la gente le estimulen en la primera escucha y en la número 500 y que a mí también me estimulen, que se sostengan en el tiempo, porque nada de lo que cuenten sea tan coyuntural que pierda inercia… en fin, algo bueno también tiene la espera, en el sentido de que la masa hay que dejarla que se asiente para hacer el buen pan.
Imagino que este tiempo de reflexión y de espera también habrá propiciado letras de canciones, marcadas por las circunstancias, ¿no?
Probablemente la inclusión de esos temas que hablan de niños que trabajan sin perder su alegría ha venido de un planteamiento estratégico, de que se cuente algo que cale y que, además, suene a nuevo. Esa temática de los niños probablemente venga de esta reflexión, creo que también está marcada con otros rasgos de la identidad de cada uno. Yo ya estoy entrando en la madurez en la que se ha pasado de los 50 y digamos que de esa madurez ya se sacan otras cosas que antes se callaban y ahora ha llegado el momento de contarlas con sinceridad y no dejar para después cosas, porque después no se saben cuando se van a poder sacar. A parte de eso, porque creo que, sin perder las formas de la cordialidad y el respeto, el convivir con los demás, cuando uno discrepa y tiene serias decepciones puede contarlas sin ningún inconveniente, como yo vi que hablaban mis abuelos, que no se callaban nada.
¿Qué de El Puerto encontramos en este disco? Porque ya vemos que hace un guiño al cine Macario…
Pues de El Puerto hay lo que ha habido durante toda mi carrera, mi música está muy influenciada por el aire que nos rodea, por la luz, la familiaridad del carácter del portuense y en general del gaditano… Yo soy hijo de esta ciudad y me siento honradísimo. Veo, como todos, que hay cosas que están mejor y otras que están peor. Y si es cierto que tengo oportunidad de hablar con algún político cuando la cosa está bien, se lo digo y cuando está mal, también, como cualquier ciudadano de a pie hacemos. Entonces pues cuento cosas de El Puerto como lo que vivíamos en el cine Macario en aquellos tiempos tan feos de censura y prohibición en los que el hecho de acercarse a una muchacha y tener un primer roce y unos primeros besos venían como recriminada porque era como algo que no tenía que pasar. Me parece el absurdo más grande del mundo, y la prohibición más despreciable era coger a los jóvenes y recriminarles y reprimirlos en lo esencial del ser humano, porque el que no ama, no es nada, es una maquinita. Entonces en el cine Macario cuento como nosotros empezamos a tener nuestros primeros escarceos amorosos mientras que en la pantalla estaban bombardeando Hiroshima o los vikingos peleándose con sus rivales en un barco… esa idea de que aquellas películas nos llenaban de imaginación y aquella oscuridad nos invitaba a ser un poco más nosotros y no lo que querían hacer de nosotros la dictadura y sus secuaces.
Ha comentado antes el tema de las colaboraciones, ¿cómo han ido surgiendo?
Mi intención fue una cosa un poco tardía. Por ejemplo cuando escribí la letra del cine Macario no encontraba la música, y cuando de pronto decidí que iba a ir como por bulerías de Cádiz, mudando lo que aquí tan divinamente habían hecho el Beni de Cádiz o Charo Lobato, pues esa era la idea, voy a hacer esa canción y que no falte Jerez, Cádiz o El Puerto. La idea era esa, pero no era mi intención de hacer un disco con invitados, sólo están en esa canción y porque la canción lo merece. Agradezco el regalo que me han hecho, pero entre nosotros es natural, somos amigos y si se pide alguna colaboración ahí acudimos todos de cabeza sin más miramientos.
¿Cuáles han sido las primeras reacciones que ha desencadenado el disco?
Una de las cosas más curiosas que dicen es que éste es un disco joven, lo que me halaga profundamente y esto me rejuvenece a mí. Pero es un disco joven porque está dicho y contado con temperamento fresco y no desafiante pero no con ese desparpajo que tiene la juventud. No sólo eso, sino que la música, al estar arreglada por José Recacha y producida por Javi Ruibal, y estar tocada por ellos, por la banda Glazz, creo que han hecho un gran trabajo con una frescura y eso es lo que me destaca todo el mundo. Esa es la reacción primera. Y también por el hecho de la originalidad como esa de los niños, u otra que dedico a mi hija Lucía, que es una nana para una mujer adulta que es bailaora y desde el amor de padre también le hablo con el mismo acento y cariño de compañero de oficio. Y es una reflexión un poco de por qué se es artista, por qué se baila, por qué se canta, por qué se toca… porque uno no sólo se compromete con uno mismo, sino que se compromete con el universo y de todo lo que hacemos queda una constancia. Y si lo hacemos con estrategias meramente comerciales o económicas no estamos haciendo lo que hay que hacer y ésta es una de las advertencias que de forma muy poética le digo a mi hija y también la fiesta por bulerías con Diego Carrasco, Tomasito, David Palomar y Juan Diego Mateo y Lucía que ha gustado mucho.
¿Qué ha supuesto independizarse como compañía y sello editorial a través de ‘Lo suyo Producciones’?
‘Lo suyo’ se iba a hacer más tarde o más temprano. Además de que ahora la coyuntura comercial de la música con unos derroteros preocupante, la mejor manera es que nosotros lo guisamos, nosotros lo servimos, nosotros decidimos a qué público nos dirigimos a través del trabajo… Esto supone una experiencia nueva en la que sabes en qué momento qué está ocurriendo con tu disco, cómo está yendo, ser mucho más consciente que cuando se hace un contrato con una discográfica que, de alguna manera, ellos son los que diseñan tu camino de promoción y aquí lo haces tú.
Este sábado vuelve al Muñoz Seca con ‘Casa Ruibal’, ¿cómo ha estado funcionando el espectáculo desde su estreno?
Muy bien. En Sevilla y Córdoba que lo hicimos ha resultado muy bien acogido. También es verdad que los públicos que me han ido conociendo durante estos años van a verte de otra manera y rodeado de tu familia haciendo el espectáculo. Ha sido bien acogido, porque podría haber sido un chasco, pero me he atrevido a hacerlo, no porque la gente supiera que mis hijos son artistas, sino porque era un relato de cómo yo me hice músico y cómo ellos se han hecho también. Es toda la historia de nosotros. Y, afortunadamente, ellos son unos artistas rigurosos y serios y saben que para estar en un escenario hay que merecerlo. Y, en este sentido, hacen al espectáculo una aportación que va mucho más allá de lo que yo podía imaginarme nunca. Nunca me imaginé que fueran artistas, pero han salido artistas serios y formales y eso me emociona mucho.
¿Cómo es trabajar codo con codo con sus hijos? Lo que se vive en casa se extrapola un poco al escenario…
El talante de cada uno es el que es. A pesar de que el espectáculo va dirigido por mi música y por mi labor creativa, evidentemente, las participaciones de ellos requieren que se sientan a gusto con lo que hacen, no marionetas de mi gusto. Y cada uno reivindica su espacio y se respeta porque no están jugando, están haciendo arte y saben cómo tienen que hacerlo para aportar lo máximo al espectáculo. Ese tipo de demarcación de territorio la hay por el lado artístico, pero después en el ámbito familiar hay mucho cariño, hay como un afecto que mejora mucho los momentos en los que se prepara y decide cómo hacer las cosas.
Después de esta experiencia, ¿se plantea la familia Ruibal nuevos proyectos?
De momento tenemos ésta y creo que este espectáculo difícilmente puede tener una segunda parte porque una segunda parte sería hacer lo mismo pero con un nuevo repertorio y otra serie de canciones, porque en este caso, se ha basado en el lado más flamenco del repertorio. Pero no creo que ese fuera el aliciente. Creo que el espectáculo es así, ‘Casa Ruibal’ tiene una forma en la que pueden cambiar canciones, pero en esencia van a ser el mismo siempre, mientras sea creíble y se sostenga, y no abusemos del público, mientras tenga fuerza y vivencia lo haremos. Entretanto Javier está de gira y Lucía sigue estudiando y ya va haciendo sus primeros espectáculos propios y bailando por muchos sitios. Nuestros caminos tienen que divergir y si nos tenemos que reunir nos reuniremos, pero, sino, la vida sigue adelante.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es