El Belén Viviente de Beas, el segundo más antiguo de España y el primero de Andalucía de estas características, ha abierto sus puertas esta tarde afrontando una 44 edición cargada de tradición y novedades, en la que espera superar las 20.500 visitas del año pasado.
Desde hace aproximadamente dos meses muchos vecinos y profesionales del pueblo han trabajado de forma altruista en la construcción de este belén al frente de cual están como directores Francisco Mateo y de Juan Domínguez.
Algo más de ocho semanas en las que se han llevado a cabo varias reformas y el montaje del espacio escénico en el que han cobrado un protagonismo especial los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora de los Clarines de Beas, que es la que organiza el belén desde 1970, apoyados por amigos y colaboradores del pueblo.
Realizado todo este trabajo, hoy a las 15:30 horas se han abierto las puertas del recinto que este año cuenta con una superficie de 3.000 metros cuadrados de los que 2.000 están destinados a las 35 escenas aproximadas que se representan.
Escenas que combinan pasajes bíblicos y estampas populares y costumbristas, y en muchas de ellas están reflejados los viejos oficios y los modos de vida de hace dos mil años, usando utensilios y enseres antiguos.
Para llevar a cabo esta enorme escenificación cuentan con la participación de unos 140 niños del Colegio Juan Ramón Jiménez y del Instituto La Campiña, de Beas.
Este año es nueva la ampliación del recorrido y la gran plaza en la que se encuentran mercaderes con puestos típicos de la época.
La ampliación del recorrido ha permitido la introducción de nuevas escenas y la transformación del castillo en un templo donde se realizará la presentación del Niño Jesús ante el sumo sacerdote, así como la visitación de la virgen a Santa Isabel y escuderos, entre otras.
Otra de las novedades es la distribución del nuevo portal, totalmente renovado siguiendo un modelo de arquitectura de las casas que podíamos encontrar en los pueblos agrícolas y ganaderos de la antigüedad.
Los organizadores del belén han tenido en cuenta las consecuencias de la crisis económica y han previsto para esta edición mayores descuentos para grupos.
El ambiente popular y navideño se vive antes incluso de entrar en el belén, en los alrededores del recinto, donde se pueden encontrar puestos de buñuelos, castañas, aceite, dulces caseros, puestos de café y chocolate caliente, cerámica tradicional y una variada oferta gastronómica en los bares del pueblo, todo ello hasta el próximo 4 de enero.
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