El barrio de la Viña ha vivido durante este pasado fin de semana, concretamente los días 18,19 y 20 de octubre una iniciativa de apoyo al Cádiz CF y denominada La Viña Amarilla, y aunque desde la organización han calificado de éxito la serie de eventos programados a tal fin, ha habido voces que se han alzado en contra de tal logro consumado, pues para ellos ha dejado mucho que desear.
En sí, la convocatoria que llevaba por lema ¡Todos con nuestro Cádiz CF!, no pretendía otra cosa que llenar las plazas y calles del barrio de los caleteros de alegría y bullicio para mostrar de ese modo su apoyo al equipo amarillo y servir en la medida de lo posible a un deseado ascenso y de paso, a reactivar la economía viñera al menos en los que a hostelería se refiere.
La Viña Amarilla para estos tres días contó con carnaval, flamenco, monólogos, salsa, batukadas o cuentacuentos, entre otras muchas manifestaciones artísticas por sus calles.
También se habían programado como platos fuertes de esta cita una ofrenda floral de la plantilla y directiva cadista a la Virgen de la Palma en su templo para el viernes; una tertulia deportiva de medios de comunicación en el Aula de Cultura del Carnaval y un concurso de Guisos en Amarillo en el que el jurado de excepción iba a ser el chirigotero de Carmona Antonio Pedro Serrano, El Canijo, para el sábado o un pasacalles de Viejas Glorias del Cádiz CF por las calles del barrio, para el domingo.
Y es aquí donde comienzan las deficiencias de La Viña Amarilla, ya que si bien los siete tertulianos, personas de medios de comunicación y reconocidos cadistas, se presentaron en el lugar adonde fueron convocados, es decir a las 13.00 horas del sábado en la sede del Aula de Cultura del Carnaval, sita en la calle Venezuela, allí nadie se ofreció a actuar como moderador, aunque sí hubo miembros del Aula.
El concurso de Guisos en Amarillo sí se celebró el sábado a mediodía, de hecho Emilio Navarro, gerente del Bar La Palma y alma mater de La Viña en Amarillo, presentó sus sabrosos filetitos del Cádiz, con una banderita para rematar la tapa obra de Manolo Peinado y todo, pero el concurso se quedó en convocatoria debido a que El Canijo de Carmona, al que se le esperaba vestido de cocinero con el tipo de Los Juan Palómez y que iba a ser el jurado del certamen ni apareció ni anunció su ausencia, con lo que las tapas a concurso, bien fueran rayas en amarillo, tortillas en amarillo, cazón en amarillo o albóndigas en amarillo, quedaron empatadas ya que no hubo quien dirimiera el vencedor del concurso. Un empate en amarillo, en fin, tras un plantón en amarillo.
Y lo que iba a ser la guinda de las tres jornadas de La Viña Amarilla, el pasacalles de los jugadores de leyenda y viejas glorias del cadismo por las calles de la Viña, a pesar de celebrarse, lo hizo con tanto retraso que muchos aficionados que acudieron al barrio de La Viña para presenciarlo se marcharon si verlo. El motivo no fue otro que una demora de dos horas de la charanga que les iba a acompañar y que hizo que muchos pensaran que el pasacalles no iba a celebrarse.
Con lo cual, a pesar de que desde la organización califican a La Viña Amarilla de "éxito", no pocos gaditanos se han llevado una decepción al no cumplirse algunas de las citas anunciadas en tiempo o forma.
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