Los cambios sociodemográficos habidos en los últimos años han determinado la emergencia de nuevas estructuras familiares, diferentes al modelo tradicional. Así, las familias monoparentales, en las que un solo progenitor es responsable único de sus hijos, son el principal ejemplo de ello. Hoy en día, ya existen aproximadamente 15.000 estructuras familiares de este tipo en nuestra provincia.
Puede decirse que son las mujeres las que llevan las riendas de los hogares de este tipo, ya que casi 9 de cada 10 familias monoparentales (un 88,6%) está encabezada por la figura materna, frente a las 11,4% de las encabezadas por hombres, según el Instituto de la Mujer. Así pues, no sería descabellado hablar de monomarentalidad. A pesar de que en la última década se ha producido un incremento de un 78% de estas familias, se sigue constatando una tendencia a la exclusión y a la precariedad, que sitúa en situación de desigualdad socioeconómica tanto a estas madres como a sus hijos.
Así, un 85,3% de las mujeres al frente de una familia monoparental en la provincia, afirma sentir discriminación laboral, tanto en su acceso al empleo como en las menores oportunidades de desarrollo y promoción, según se desprende del II Informe Mujeres con Responsabilidades Familiares No Compartidas y Empleo realizado por la Fundación Adecco. Según las encuestadas, esta discriminación se manifiesta sobre todo en el acceso al empleo (68%) y en las dificultades para compaginar trabajo y responsabilidades familiares (60%). Dicho informe también señala que siete de cada 10 mujeres en esta situación prefiere trabajar a tiempo parcial para ocuparse de sus hijos y también que un 48% de ellas se encuentra desempleada y el 59% es parada de larga duración, por lo que el 90% afirma llegar a fin de mes con dificultad y por ello, un 30% opta por compartir la vivienda con familiares.
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